Leyda es una viña boutique chilena cuyo referente es su cercanía al mar. A tan solo 4 km del Océano Pacífico, elaboran vinos frescos y elegantes, bajo la joven D.O. Valle de Leyda; vinos que buscan expresar de manera honesta el clima de la costa chilena. Sus vinos regresan a Lima, después de un periodo de ausencia, para mostrarnos esa vibrante acidez y mineralidad que los caracteriza. Sommelier conversó con Pablo Candia y Mayte Prieto, representantes de VSTP Wine Group, -uno de los grupos vitivinícolas más importantes del mundo-, quienes estuvieron por Lima, y con quienes compartimos un almuerzo. Aprovecharon para contarnos cómo Leyda se ha convertido en la viña más premiada en su categoría.
“En Chile la vitivinicultura se ha ido desarrollando cada vez más y ha ido en busca de nuevos orígenes para la elaboración de vinos más específicos, particularmente de vinos blancos de buena calidad. Desde ese punto de vista Leyda aporta mucha más frescura, mineralidad e intensidad a nuestros vinos. Dentro de Chile y de los distintos orígenes, Leyda es el más privilegiado para los vinos blancos”. Comenta Pablo, director de exportaciones de VSTP Wine Group.
Juntos probamos dos de sus vinos blancos el Leyda Reserva Sauvignon Blanc y el Single Vineyard Falaris Hill Chardonnay como opening. Ambos reflejan de lejos la maestría de Leyda en la elaboración de vinos blancos, con una acidez natural bien lograda, muy expresivos. El primero, ideal para terracear, para beberlo solo, sin más. El Single Vineyard, un blanco elegante, más elaborado, ideal para acompañar algún pescado frito o al vapor como salmón o algunos quesos suaves de vaca u oveja.
Luego, con algo más de comida, probamos dos de sus Pinot Noir. Leyda Reserva y Single Vineyard Las brisas. Estos varietales, de taninos elegantes y fresca acidez, llegan al mercado para convencer a los limeños que variedades como esta tienen mucho que contar y ofrecer también. Ambos, tintos que no cansan en boca, dos Pinot Noir muy bien logrados, fieles a sus cualidades más básicas y hermosas a la vez.
“La mineralidad, tan particular en estos vinos, que proviene de la composición de los suelos de esta parte, entrega esas notas de acidez que no es tan destacada en otras zonas vitivinícolas de Chile. Nuestros blancos son como caballos desbocados, tienen mucha energía en boca, son muy expresivos, con notas más cítricas de las clásicas”. Agrega Pablo
Viña Leyda cuenta no solo con un clima y suelo privilegiados, sino con todo el expertise de sus enólogos y agrónomos que han llegado a dominar las características más importantes del lugar y a expresarlas de manera honesta en los vinos. “El clima frio que poseemos en Leyda, gracias a su cercanía al mar, esa neblina tan característica de las mañanas, influyen de manera particular en nuestros viñedos; permiten que las oscilaciones térmicas sean más bajas y que las uvas maduren más lentamente, lo cual mejora sus sabores, aromas y acidez natural, al mismo tiempo no permite que alcancen un grado alcohólico muy elevado. Lo que los hace vinos más frescos y fáciles de beber”, aportan Mayte y Pablo.
Vinifican suavemente, evitando la sobre extracción de las variedades tintas mientras que, en las blancas, se preserva toda la frescura y acidez evitando la fermentación maloláctica. Se realiza poco envejecimiento en barricas. Se prefiere utilizar grandes barriles, tanques de concreto y acero inoxidable, para obtener vinos mineralizados, frescos que expresen honestamente la frescura de este clima costero.
Recuerda que todos los vinos de esta nota los puedes encontrar en Bodega T o licorería El Pozito.
Redacción Sommelier