El Día del Padre es una celebración ideal para engreír y sorprender a nuestros papás, así como la excusa perfecta para disfrutar en casa en torno a una buena conversación. Aquí, la mesa cumple un lugar protagónico, invita a compartir anécdotas, a estrechar lazos. Siendo la comida un elemento tan importante, es crucial que esté acompañada por vinos que estén a la altura de la celebración, y qué mejor que con nuestros clásicos platillos.
Giovanni Bisso, sommelier y embajador de marca del Grupo Tabernero, nos recomienda algunos maridajes para este día y hacer lucir la mesa.
1. Tiradito de pescado – Tabernero Fina Reserva Gran Blanco Chenin Blanc:
Tanto el vino como el tiradito son frescos, ligeros, con buena acidez, así que se aplicaría un maridaje por similitud. El Gran Blanco es fácil de tomar, ligero, con aromas a manzana verde, muy herbáceo y mineral. Ideal para acompañar a nuestro querido cebiche, un plato fresco, considerado Patrimonio Cultural de la Nación. Se recomienda servir frío, entre 7º C y 12º C.
2. Paella mar y tierra – Faustino I Gran Reserva 75 Aniversario:
Acá se aplica un maridaje regional, se juntan un plato y un vino clásicos de España. El Faustino I es un ícono español, clásico de Rioja, que va muy bien con una paella de mariscos y carnes (pollo, cerdo, carne de res) que cuenta con la estructura y condimentos suficientes para aguantar un vino como este de estructura media que pasa por 24 meses de barrica de roble americano y francés.
Este Faustino es de color rojo cereza con evolución a teja. En nariz es intenso, con aromas a fruta madura y madera. Tiene un paso suave en boca, taninos redondos y buena acidez. Su final es persistente, con matices de fruta madura.
3. Lomo Saltado con Tabernero Vittoria Reserva Malbec:
El Vittoria Reserva Malbec tiene buena estructura, es un vino que pasa por barrica de roble francés y americano, aguanta muy bien la carne del platillo que tiene sabores intensos y que viene salteada al wok o a la sartén a fuego vivo, con verduras y (cebollas, ají amarillo, tomates), que le aportan un sabor criollo y a la vez oriental. Los taninos de este vino son finos y elegantes, los cuales dejan sensaciones a suavidad y redondez en el paladar, posee notas florales, especiadas. El nivel de fuerza de ambos está equilibrado. Se recomienda servir entre 16 º C a 18 º C.
4. Ají de gallina – Fina Reserva Gran Tinto Edición Limitada 125 años:
Este platillo tiene sus orígenes en un postre de origen catalán (Menjer blanco), pero cuando llega al Perú se transformó en el Ají de gallina que conocemos hasta hoy. La pechuga de gallina, arroz y nueces se mantuvieron en el platillo. Sin embargo, las almendras y azúcar fueron reemplazadas por las pecanas y el ají amarillo. Su salsa cremosa le aporta una estructura media y la papa le da un poco más de carácter. Es un plato suave y sutil, a pesar de tener cierto condimentado.
Entonces, acá también se aplicaría un maridaje por similitud, pues el Fina Reserva Gran Tinto Edición Limitada 125 años también es un vino suave y elegante; es un blend compuesto por Malbec y Merlot. Ambas son variedades que juntas aportan delicadeza al vino y lo convierten en buen compañero del Ají de gallina. Se recomienda servir entre 16 º C a 18 º C.
5. Osobuco con risotto de champiñones – Generación MC de Marqués de Cáceres
El Generación MC es un vino de la D.O.Ca. Rioja, complejo, es un vino de autor; el trabajo con la guarda en barrica y en botella son muy finos. Es elaborado exclusivamente de añadas excelentes. Su cosecha es manual.
Una carne en cocción lenta como la del osobuco, que además se acompaña con un risotto de champiñones, va perfecto con este vino, porque los jugos de esta carne, que usualmente lleva verduras y otros productos que le dan mucho sabor, armonizan muy bien con su carácter que es el de un 100% Tempranillo de calidad premium. Se recomienda servir entre 16 º C a 18 º C.
Redacción Sommelier
