¿Alguna vez te has preguntado a dónde van a parar todos los desperdicios que se recolectan de las casas, restaurantes y otros lugares? En el Perú, muchos no separamos los residuos cómo se debe, sobre todo los producidos en el hogar, por lo que antes de llegar a un botadero o relleno sanitario, se mezclan los orgánicos con los inorgánicos, liberando gases que contaminan el ambiente. A propósito del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos que se conmemora todos los 29 de septiembre (una jornada designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas), en un mundo donde la tercera parte de los alimentos se desperdicia en los contenedores, existen organizaciones comprometidas con el cuidado del planeta, como Sinba y Lima Compost, que cumplen labores que benefician el lugar donde vivimos.
Según las Naciones Unidas, a nivel global, cerca del 14 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. A ello se suma el hecho de que aproximadamente el 17 % de la producción total de alimentos se desperdicia (11 % en los hogares, 5 % en los servicios de comidas y 2 % en el comercio al por menor). En un mundo en el que el número de personas afectadas por el hambre ha aumentado lentamente desde 2014, y en el que cada día se pierden o desperdician toneladas de alimentos, es fundamental reducir las pérdidas y el desperdicio.
Por eso, esta fecha nos lleva a pensar qué hacemos nosotros, así como las autoridades y el sector privado para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, que es responsable de un 7% de emisiones globales de gases efecto invernadero. Esta lucha nos involucra a todos, reduce el hambre en el mundo, ayuda a combatir el cambio climático y la sobreexplotación de recursos naturales, para que éstos sean mejor utilizados a lo largo de la cadena de valor.
¿Sabías que un peruano genera casi 1 kilo de basura diaria? ¿qué podemos hacer para revertir la situación? Podemos contribuir desde el lugar donde vivimos con acciones que parecen mínimas, pero que no lo son. Organizaciones como Sinba y Lima Compost nos cuentan cómo hacerlo y de qué manera, a través de ellos, podemos contribuir en algo.
Sinba es una organización que nació de una pregunta en una mesa de un restaurante comenta Chacho Wu, uno de los fundadores: ¿Qué harán con toda está basura?, se preguntó una tarde junto a sus socios Pipo Reiser y Andrea Rivera.
Sinba trabaja “por un mundo sin basura”, pues como dice Chacho: “en el Perú, reaprovechamos menos del 5% de nuestros residuos. El resto termina en el ambiente, contaminando nuestros ecosistemas”. Sinba empezó recogiendo la basura de los restaurantes, ahora tiene un programa de recolección de desperdicios en el sector corporativo, pues muchos de ellos tienen comedores y no sabes qué hacer con la comida que se vota. Con la ayuda de su bio fábrica, todo el alimento orgánico recolectado se transforma en comida para cerdos, trabajan con granjas urbanas para capacitar a los dueños de las granjas, generar un mejor producto y sacarlos de la informalidad.
“Lo que más queremos es que la gente se una, multiplicar esfuerzos, en colaborar con otras empresas como las nuestras”, comenta Chacho. “Esto pasa por un cambio de mente, de ver qué hacemos con nuestras vidas o lo que generamos, pues el desperdicio no se genera solo. Sinba está por cumplir cuatro años y su impacto ha sido increíble”. Agrega. Si quieres conocer más de su trabajo, puedes visitar sus redes sociales (Instragram).
Otra de las empresas que está pendiente del impacto que los residuos orgánicos generan al ambiente es Lima Compost de Raúl Villanueva, empresario que promueve el compostaje. Comenta, que “es muy importante porque más de la mitad de lo que se vota en la basura es orgánico. Lo ideal es devolverlo a la tierra y para eso se usa un proceso de degradación controlada que se llama compostaje”.
Raúl, cuenta que vieron una oportunidad de negocio en el tema de la recolección de basura, sin perder la vocación principal que es el tema ambiental. Existen familias y empresas dispuestas a pagar para que se deshagan, de una forma correcta, de sus desperdicios. Si eres de las personas que tiene un pequeño huerto o te gustan las plantas, puedes contactarte con ellos, cuentan con utensilios, como composteras, que te ayudarán a generar tu propio abono rico en nutrientes.
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Lima Compost cuenta con un servicio de recojo de basura por un precio mensual. Aproximadamente, comenta Raúl, una familia de dos adultos y un niño generan 9 kg de basura orgánica a la semana. Si quieres formar parte de esta comunidad de más de 500 hogares, puedes hablarle a su cuenta de Instagram.