Por Guillermo Mendiburu, sommelier Educador. WSET nivel 2 en Destilados y nivel 3 en Vinos

En este lado del mundo las fiestas navideñas no vienen acompañadas con nieve y frío lo cual debería llevarnos a platos veraniegos y frescos. Sin embargo, Navidad en el hemisferio sur también lleva consigo platillos complejos, variados y esto requiere una estrategia adecuada de maridaje para causar una buena impresión con un regalo, conseguir el equilibrio de la mesa de fiesta y en general dar a las comidas y al vino su lugar y su brillo.

Situación 1: Voy a hacer un regalo y estoy de visita en la cena

Definitivamente este es el territorio de los vinos espumosos empezando por los que tengan azúcar residual notable pero no excesiva: un Sec o Extra sec serán del gusto de la mayoría. Considerar un Cava o un frutal Prosecco no tiene pierde. Si la familia es numerosa no está mal buscar “dual packs” considerando que una botella puede acabarse con 5 o 6 copas en un día de fiesta.

Situación 2: Soy dueño de casa y tengo una mesa de fiesta

Si bien cada familia tiene sus respetables tradiciones en estas fiestas, el pavo rostizado es el rey. Considerar un vino blanco con cuerpo como un Chardonnay argentino con paso por roble de sus bodegas favoritas y que hagan honor a la ocasión. 

El relleno es un mundo aparte, así como las salsas y los acompañamientos. Aquí algunos consejos:

– Si el relleno es de carne de res, con mucho sabor y condimentos convendrá un vino tinto ligero como un tempranillo joven o un Carmenere siempre de cuerpo medio con taninos medios. Evitar lo picante, puesto que hará que el vino sepa más alcohólico y fuerte.

– Si el estilo de casa es acompañar el pavo y el relleno con pures dulces como el de manzana o camote es buena idea buscar un vino fresco, ligero y semidulce que podría ser un espumoso como el Cava o un vino blanco como el Riesling con suficiente acidez y dulzor.

Situación 3: Quiero un vino que vaya con todo y pueda comprar una caja para una familia numerosa

Este es el caso de los vinos rosados y mejor aún con un ligero residual de azúcar. Funciona muy bien Rioja Rosado, Malbec Rosé o rosados de Portugal. La acidez y recuerdos a frutos rojos ayudarán a levantar los sabores en la mesa de fiesta y con una temperatura fría se hará la magia.

No está mal considerar también un vino tinto seco ligero, frutal con alta acidez y frescura, pero pocos taninos como un Merlot, un Carmenere, un Zinfandel o un Rioja joven.

Situación 4: En casa se sirve pierna de cerdo o un enrollado similar.

Los vinos rosados, un Malbec ligero sin mucho tanino es la solución. Si se opta por vinos blancos un Chenin Blanc semi-seco puede balancear muy bien no solo la grasa y la sapidez del cerdo sino sus acompañantes y vegetales variados.

Situación 5: Hay muchas ensaladas y sabores salidulces

Definitivamente considerar vinos blancos con alta acidez y frescura con el Verdejo o el Albariño siendo que los espumosos son una excelente recomendación buscando que lo dulce de la ensalada no sea tan protagonista como, por ejemplo, peras y frutos secos, etc.