En el principio, Dios creó a la mujer y la mujer creó la cerveza. Y los hombres se congregaron en torno a ellas y nacieron las civilizaciones. Así lo sugieren la antropología, la arqueología y las distintas mitologías del hombre. Mitologías en las que las deidades asociadas a la cerveza son mujeres. Hasta que el hombre quiso algo de esa divinidad y se adueñó de la bebida celestial. Hoy alrededor del mundo, la cerveza está volviendo a su creadora. Cuatro mujeres nos demuestran que esto también viene sucediendo en Perú.
Andrea Huerta, es sommelier y el inicio de su carrera se centró en vinos y espirituosos hasta que la cervecería Nuevo Mundo convocó su talento a fines del 2014. Hoy es juez de cervezas en torneos alrededor del mundo y se encarga del control de calidad de las cervezas Barbarian. “Quiero seguir aprendiendo sobre los procesos de elaboración y también lograr armonías perfectas entre cervezas y alimentos”, comenta sobre sus metas personales.
Daniela Eslava, por su parte, aceptó el reto que le propusieron los fundadores de Cerveza Maddok y asumió la gerencia administrativa y operativa de la cervecería desde el 2015. “En el corto plazo, planeo certificarme como juez de cervezas con el Beer Judge Certification Program (BJCP) y poder participar en las distintas competencias internacionales”, esboza Daniela sobre su futuro en el rubro de los lúpulos y las maltas.
Pamela Lea es gerente de comercialización y marketing de Cerveza 7 Vidas e ingresó al mundo de la cerveza a través de su esposo, quien es uno de los socios fundadores de la cervecería tacneña. “Ir conociéndolo a él era también ir conociendo la cerveza,” comenta con un tono de voz muy cargado de emociones. Así que tan pronto concluyó la universidad, Pamela se unió al equipo de 7 Vidas. Pamela es también distribuidora de cervezas y espera iniciar a corto plazo la comercialización de insumos cerveceros.
Además de ser juez BJCP de cervezas, Megan Garrity (Connecticut, 33 años) diseña y elabora cervezas para Greenga Brewing, cervecería gitana de la que es co-propietaria. “Cuando llegué al Perú en 2008, no había cerveza artesanal. Así que cuando empezaron a aparecer algunas marcas, me informé de dónde conseguir los insumos y empecé a hacer cerveza en casa,” cuenta Megan con esa energía y entusiasmo que siempre la han caracterizado. “Queremos tener nuestra propia cervecería y llegar a colocarla entre las cinco marcas de mayor recordación en Perú”, comenta sobre el futuro.
A todas ellas les preguntamos si consideran que todavía resulta difícil asociar a las mujeres con la cerveza. Sus respuestas reflejan sus distintas experiencias. Andrea ve el vaso medio lleno en cuanto al consumo femenino. “El interés mismo de las mujeres hacia la cerveza va creciendo y eso va a ir cambiando nuestra percepción. Los sabores distintivos de las cervezas artesanales ayudan mucho a lograr ese cambio”, reflexiona. Pamela es un poco más asertiva en ese sentido. “Estamos en un país machista y para la gran mayoría la única conexión entre ‘cerveza’ y ‘mujer’ son unas cervezas en la playa y chicas en bikini. Nosotras podemos demostrar que nos encanta la cerveza y que eso no disminuye nuestra femineidad, ni nos convierte en posibles alcohólicas”, argumenta fervientemente.
Daniela, en cambio, ve un cambio en el ambiente. “Aunque todavía es difícil entender que las mujeres podemos hacerlo todo, me parece que las cosas están cambiando. Aquí tuvo bastante acogida el evento organizado por Pink Boots Perú, por ejemplo. La gente demostró bastante interés a un grupo de mujeres haciendo cerveza”, responde. La anécdota de Megan, por el contrario, es el reflejo de algo enquistado en nuestra sociedad. “Mi socio y yo participamos de la gala durante el estreno de una película nacional. Todos los asistentes recibieron nuestra cerveza. Pero cuando alguien quería averiguar algo sobre nuestro producto, se dirigían sólo a mi socio y tuve la impresión de que pensaban que yo únicamente era la anfitriona encargada de entregar la cerveza”, cuenta Megan con un cierto tono de frustración.
Además de su pasión por la cerveza, algo en lo que Andrea, Daniela, Megan y Pamela, coinciden es en mencionar su gran red de amistades, su nuevo estilo de vida y sus gratas experiencias como lo mejor que el rubro cervecero les ha dado en retribución a su esfuerzo y dedicación. Aunque en ocasiones como ésta, estar todas reunidas alrededor de unas copas de buena cerveza hace que olviden todo lo demás y se concentren en los placenteros sabores y aromas de su arduo trabajo.
Fotos y texto: José Alberto Castro