Por Giovanni Bisso – sommelier profesional y embajador de marca del Grupo Tabernero
La cepa Pinot Noir es originaria de la Borgoña, Francia, una de las regiones vitivinícolas más célebres del mundo, y está entre las uvas más antiguas (la primera mención documentada data de 1345). Es una de las variedades que más ha viajado fuera de sus fronteras originales, y es que está adaptada en distintas regiones vitivinícolas, especialmente en las frías. El Pinot Noir está detrás de vinos de color claro, cuerpo medio y pocos taninos, esto se debe a su fina piel y sus bajos niveles de compuestos fenólicos.
Cada 18 de agosto, todos los amantes del vino celebramos el Día Internacional del Pinot Noir. Esta variedad, considerada de culto, produce algunos de los vinos más elegantes del mundo. Pero como nada es perfecto, en contra parte, es una cepa difícil de cultivar, de vinificar, de apreciar y de valorar en su real dimensión. La uva tiende a producir racimos apretados, lo que aumenta el riesgo de problemas sanitarios y hace más complicada su vinificación. Como uva para vinos mono varietales es una de las más apreciadas. Además, es una de las que componen las mezclas en la mayoría de los Champagne. La mayor parte de este vino espumoso se hace con una mezcla de Chardonnay, Pinot Meunier y Pinot Noir.
Nos regala vinos que se presentan frescos, suaves, afrutados, y que cuentan con cierta acidez que los enciende, pero no son agresivos. En nariz muestran una gran presencia aromática a frutas rojas. Además, admiten una buena crianza y tienen gran elegancia.
André Tchelistcheff, uno de los enólogos californianos más influyentes, decía: “El Cabernet Sauvignon la hizo Dios y el Pinot Noir la hizo el diablo”. A diferencia del Cabernet, esta variedad es mucho más delicada y compleja, sensible al viento, a los cambios climáticos, a la poda y al suelo en el que crece. Como mencionábamos antes, es una variedad poco entendida por la mayoría de los consumidores, pero, es venerada y muy apreciada por los conocedores. Por ejemplo, en Estados Unidos, en donde se elabora un delicioso Pinot Noir, no se vendía mucho a comparación de otros vinos como el Merlot. Sin embargo, su fama y reconocimiento cambió cuando se estrenó una película en donde unos amigos recorren bodegas en California por la despedida de soltero de uno de ellos. Para hacer la historia corta, el personaje principal era un amante del Pinot Noir y detestaba el Merlot. A raíz de esta película las ventas se dispararon. Por si se animan a verla, la película se llama “Entre Copas”.
El Pinot Noir nos da vinos perfectos para acompañar diferentes platos y texturas en las comidas. Sugiero 2 opciones interesantes en 2 locales que últimamente han llamado mi atención.
Restaurante Cielo Rosso
Tiene un pato cantonés laqueado en salsa char siu, acompañado de arroz frito de vegetales y hongos wenji. Es una opción de probar una carne sabrosa como la del pato con un vino elegante como lo es Coppola Diamond Collection Pinot Noir, de la bodega californiana Francis Ford Coppola. El maridaje es de puro equilibrio de sabores y una armonía muy sabrosa en boca.
IG: @cielo__rosso
Restaurante Amore
Arroz estilo paella es un plato perfecto para entrar en armonía con el Gran Reserva Pinot Noir de Humberto Canale, de la bodega Humberto Canale, en la Patagonia argentina. Por ser un plato con diferentes matices y sabores, entra en contacto con el vino, logrando un equilibrio perfecto.
IG: @amoremiraflores
Puedes adquirir estos vinos es la vinoteca y licorería El Pozito (www.elpozito.com.pe) o Bodega T (www.bodegat.pe).