Hablar de Cremería Toscana es conversar sobre sus helados, pero también sobre la familia detrás de este proyecto. María José Linares, representante de la marca en el país, nos revela los motivos de Andrea Giuntolli -maestro heladero italiano con tres tiendas en Barcelona- para traer su marca al Perú y abrir su primer local internacional en Lima.

Por: Camila Calderón Garro

Chirimoya, pie de limón, ciruela, cereza, lúcuma, naranja con jengibre, fresa, cheesecake de frambuesa, frutos del bosque, coco, dulce de leche, menta y pistacho son solo algunos de los 24 sabores de helados, entre gelatos y sorbetes, que se lucen en la vitrina de la Cremería. No contienen azúcar añadida ni saborizantes y siguen el mismo proceso de elaboración que su sede en Barcelona. Y, para los inseguros, ¡tenemos buenas noticias! Puedes probar todos los helados que quieras hasta que encuentres el o los sabores que desees.

Me bastó 1 minuto para decidirme por la menta y el pistacho (la cola duró más) y, ya en mis manos, llegó el momento de probar y comprobar si todo lo bueno que decían era cierto. En líneas generales, la menta es de mis favoritos, pero el pistacho no lo es tanto, ¿debí pedir otro sabor? ¿fue mala idea?, me preguntaba, y no, fue todo un acierto. Aunque debo advertir que la menta negra, propia de la mezcla de los ingredientes naturales, le robó cierto protagonismo al tostado y sabor de los pistachos, ambos cumplieron con las expectativas que tenía (las mismas que eran bastante altas por todo lo que se ha escrito al respecto). No me animaría a hablar por las demás opciones, pero todas parecían prometedoras y llamaban la atención dentro del local ubicado en la primera cuadra de Los Conquistadores.

“Andrea se casó con la prima de mi papá y buscaba extender su negocio, y mis papás buscaban un negocio familiar para emprender; ambos intereses se complementaron y Cremería Toscana vio la luz en Lima”, cuenta María José mientras la cola para los helados se hacía cada vez más larga. “Si no es al llegar, es probable que, inexplicablemente, varios comensales lleguen detrás de ustedes”, advirtió Paola Miglio, periodista gastronómica, en su columna de El Comercio, algo que sin duda comprobamos gratamente.

“Buscamos que no solo sea una heladería rica, sino que se sienta la familia”, resalta María José; y es que detrás de cada bola de helado está Andrea, quien creó la receta; su madre, quien supervisa el proceso aquí; su padre, quien ve la parte administrativa, y ella, representante y encargada de la imagen en Perú.

Además de los sabores, la experiencia de ir a una heladería que por unas horas te transporte a Italia y que, por un momento, haga que nuestra única duda existencial sea si pedimos el mismo sabor de siempre o nos atrevemos a probar otro, nos remonta a nuestra niñez; etapa que también está relacionada con lo que pregona María José.

Por lo que nos atrevemos a decir que todo amante del helado debe ir a este lugar. Es una parada obligatoria que, más allá de lo lindo del local y del alrededor, presenta una propuesta única en Lima: helado hecho bajo la versión italiana o, como dice María José, “bajo la receta secreta de Andrea”.

Datos:

Si deseas probarlo sin salir de casa, puedes hacer tus pedidos con 24 horas de anticipación llamando al 7634479 o escribiendo a pedidos.cremeriatoscana@gmail.com. No olvides preguntar por la cobertura. De querer un sabor especial, puedes consultarlo con una semana de anticipación.

En caso de que sea un antojo imprevisto, puedes mandar a un motorizado a través de aplicativos como Rappi o Glovo, así que no hay excusas. Ojo, el delivery es a partir de un litro del helado que prefieras. Si te animas a ir al local, la experiencia es otra.

Consejo: si piensas que sería lindo comer el helado en la banquita que está afuera, lo es, pero asegúrate de traer varias servilletas contigo que el gelato se derrite (súper) rápido.

¿Dónde? Av. Los Conquistadores 169, San Isidro.