Hace unos años, en el 2018, Carnaval Bar ingresó a la lista de The World’s 50 Best Bars. Así se convertía en el primer bar peruano en ser parte de este ranking. Hoy vuelve a hacerlo con el puesto 43. Identidad, buen concepto, equipo sólido, buen servicio, coctelería clásica y creativa impecables. Todo esto, entre otros calificativos, define a este bar sanisidrino que desde hace un tiempo se ha convertido en un referente de la coctelería peruana y mundial.
Carnaval no es el único bar peruano elegido entre los mejores del mundo. Lady Bee, propuesta del bartender Alonso Palomino y de la chef Gabriela León, también se sumó este año a los World’s 50 Best Bars con el puesto 52.
Hace un tiempo, conversamos con Aaron Díaz, bartender a cargo de Carnaval y esto fue lo que nos dijo cuando le preguntamos cómo describiría su propuesta. “Antes que nada somos una familia. Carnaval es un espacio lúdico, creativo. Tenemos un equipo sólido que se conoce hace mucho, por eso no nos podemos equivocar. Compartimos una misma filosofía. Siempre hemos salido de nuestra zona de confort, hemos roto cualquier molde. Fuera de eso, tenemos una coctelería clásica impecable, cocteles disruptivos, llevamos la creatividad y la vanguardia por delante, tenemos un potente programa de hielo, nos especializamos en el servicio correcto de bebidas alcohólicas de todo el mundo y llevamos la pasión por delante de todo…”.
Coctelería conceptual
Si hablamos de Aarón, de su trabajo y el de su equipo, no podemos dejar de hablar de Coctelería Conceptual, concepto creado por él, y que hoy se ha ganado un espacio importante en las barras del mundo. El mismo lo describe así: “es crear un momento a través de un coctel, es contar algo a través de su sabor, del vaso, de su performance en la barra, de su nombre”.
“La Coctelería Conceptual es una filosofía de trabajo de mucho orden y disciplina, donde mostramos al público cómo trabajamos, todo está dispuesto para que lo puedas ver. Es un método de ser bartender que equivale a hacer cada proceso impecable, implica trabajo en equipo, cero egos, respeto”, agrega.
En Carnaval nada es improvisado, cada detalle ha sido pensado, hasta los adornos del lugar tienen algo especial; la mayoría son de Aarón, los trajo especialmente de su casa. Acá trabaja, acá se inspira. Revisa libros, dibuja. Crea la vajilla con los artistas, les pone nombre a sus cocteles. El resultado: sus cocteles, sus creaciones.
IG @carnavalbar