En el siglo III a.C. la región de Rioja era habitada por los Berones, un pueblo guerrero de origen celta, que denominaba a sus tierras Beronia, de ahí el nombre de la bodega. La historia comenzó cuando un grupo de amigos amantes del vino y la gastronomía compró una vieja casa (un txoko) en Ollauri, (Rioja Alta), para elaborar vinos de consumo propio. Posteriormente adquirieron algunas viñas, y al final, en 1973, nace Bodegas Beronia. En 1982 González Byass la incorporó en su Familia de Vino y en el 2022 se convirtió en la primera bodega en obtener la calificación LEED V4 BD+C:NC y LEED Gold, el máximo reconocimiento de construcción sostenible que otorga el “US Green Building Council”.
Matías Calleja, director técnico de la bodega, selecciona las mejores uvas de las 850 hectáreas de viñedo situados a menos de 10 kilómetros alrededor de la bodega, al más puro estilo chateau. Todos los viñedos son especialmente seleccionados, y las variedades de uva que se emplean son las autorizadas por el DO Ca Rioja; Tempranillo, Graciano, Mazuelo y Viura. Beronia apuesta por la elaboración de vinos singulares que expresen fielmente la esencia de esta región vitivinícola. Matías Calleja lo define perfectamente. “Conjugamos tecnología punta con métodos tradicionales de elaboración”.
Modelo de sostenibilidad
La nueva bodega de Beronia es un edificio moderno enterrado entre los viñedos de Ollauri, los cuales cuentan con la más alta calificación de sostenibilidad. El diseño está integrado por completo en el paisaje riojano; el revolucionario sistema de aprovechamiento de la energía geotérmica para climatizar las instalaciones y lograr un menor consumo energético, el uso de otras tres energías renovables (aerotermia, fotovoltaica y térmica solar), unido a las innovaciones tecnológicas que atesora, como el sistema “Cleanwood”, la convierten en una de las bodegas más eficientes y sostenibles del mundo.
Además, gracias a su diseño y funcionamiento se asegura la calidad ambiental interior y bienestar para sus ocupantes y visitantes con relación al confort térmico, lumínico y la calidad del aire con sistemas inteligentes de detección de CO2, así como con el uso de productos y materiales saludables y responsables ambientalmente. Ingenieros, arquitectos, ecólogos, hidrogeólogos, expertos en calidad ambiental interior y físicos, entre otros, han participado en este proyecto que representa una aproximación holística en la creación de una bodega, donde todos los elementos que la componen afectan en el devenir de los vinos que se elaboran.
La trazabilidad de sus vinos es un aspecto muy importante para Beronia, que lleva un control estricto de cada parcela y de cada depósito. Y es que la bodega controla cerca de 1.000 hectáreas de viñedo y tiene casi 280 proveedores de uva, la mayoría de los cuales repite cada año, y todos tienen que pasar controles en viña. Esto nos lleva a hablar de sus viñedos, situados en Rioja Alta, la subárea más occidental de la denominación y la zona que cuenta con el mayor número de bodegas centenarias de toda Europa.
Beronia en Lima
En el Perú encontramos su línea clásica, que cuenta con siete vinos, en los que destacan el Beronia Gran Reserva, Beronia Reserva y Beronia Crianza, de los cuales conoceremos un poco más.
Beronia Crianza es elaborado a partir de una selección de las mejores uvas de Tempranillo, Garnacha y Mazuelo, se somete a una lenta fermentación alcohólica, permanece durante 12 meses en barricas mixtas con duelas de roble americano y fondos de roble francés. Antes de salir al mercado reposa un mínimo de 3 meses en botella.
Beronia Reserva se elabora a partir de una selección de las mejores uvas de los viñedos de más edad de Tempranillo, Graciano y Mazuelo. Tras un delicado proceso de fermentación, permanece durante 18 meses en barricas mixtas de roble americano y francés, consiguiendo una evolución pausada y armónica. Completa su crianza durante otros 18 meses en botella antes de salir al mercado.
Beronia Gran Reserva. Tras una cuidada selección de las mejores uvas de los viñedos de más edad de Tempranillo y Graciano, el premiado Gran Reserva realiza una lenta y cuidadosa fermentación controlada con remontados periódicos para extraer todo el color y los aromas. Envejece durante 27 meses en barricas de roble francés y posteriormente pasa otros 36 meses en botella antes de salir al mercado.
Redacción Sommelier