Situada a los pies de la Cordillera de Los Andes, en el Valle de Millahue, Chile, la bodega VIK no solo es admirada por sus vinos sino también por la calidad de su infraestructura, que cuenta con un diseño único y sin precedentes, artísticamente diseñado, altamente sostenible, tecnológicamente creativo y una experiencia visual impresionante que redefine la experiencia del vino. Si quieres conocer más sobre ella y lo que la hace tan única, no te pierdas esta nota.
Un concurso de arquitectura con los más destacados arquitectos chilenos el año 2007, embarcó a Carrie y Alexander Vik, los visionarios detrás de la Viña VIK, tomar la dedición de escoger al arquitecto chileno Smiljan Radic Clarke como el principal arquitecto y diseñador de lo que hoy es su bodega. Entre montañas y el valle a los pies de la Cordillera de Los Andes chilenos, la bodega ha sido cuidadosamente diseñada para tener un impacto mínimo sobre el paisaje y ha puesto en marcha los conceptos más vanguardistas y de tecnología avanzada, esforzándose además por crear un diseño único.
Después de ganar este concurso, el equipo VIK pasó trabajando tres años para perfeccionar y mejorar el original concepto de su diseño, atrayendo viajeros de todo el mundo, apasionados del vino y del arte, para disfrutar de esta innovadora experiencia de viaje. Este esfuerzo trajo como resultado el figurar en la lista de los premios a Los Mejores 50 Viñedos del Mundo del 2019 (World’s Best Vineyards). Este evento tiene como objetivo potenciar el turismo del vino alentando a los visitantes de todo el mundo a explorar las mejores bodegas de cada región. El viñedo VIK obtuvo el puesto número 14 de un ranking de 50 viñas.
¿Qué hace tan única a Vik?
Techo transparente: El diseño del techo transparente de tela extendida permite que la luz natural penetre la bodega y así se opere sin iluminación artificial. Al entrar en la bodega, los visitantes se sumergen inmediatamente en la “experiencia VIK”, y son guiados a través de todo el proceso de elaboración del vino. El techo de lona, el elemento arquitectónico principal que puede ser visto desde el exterior, da la impresión de una enorme ala blanca suspendida sobre esta bodega subterránea.
Entrada sobre agua: El acceso a la bodega es una vista impresionante de una plaza con una pequeña pendiente de 2 grados de agua corriendo sobre el espacio, que entrega un elemento adicional de enfriamiento. Ubicada a lo largo de la plaza de agua corriendo, se encuentra una escultura de Smiljan Radic y Marcela Correa, el talentoso equipo de marido y mujer. Algunas pasarelas cortan esta plaza, permitiendo que los visitantes puedan recorrer entre este paisaje lleno de agua.
La mayor parte del edificio se encuentra bajo tierra para el enfriamiento natural del vino durante el proceso de elaboración del mismo manteniendo una temperatura consistente de 57 grados a través del uso de la amplitud térmica natural del valle.
Experiencia: En la planta baja de la sala de fermentación, los tanques de acero inoxidable son la mayor atracción. En la sala de degustación, el enólogo jefe ofrece degustaciones de las diferentes cosechas mientras se aprecia el paisaje y el diseño, el cual no solo es estético, sino que tiene que ver con la producción.
