Hace unos días estuvo en Lima Mauricio Solórzano, Global Brand Ambassador de Flor de Caña, ron premium de Nicaragua, que acaba de ser nombrado Mejor Productor de Ron del Mundo por la International Wine and Spirit Competition (IWSC) en Londres. Compartimos la cata “5 sentidos” en Statera, donde el chef Andre Patsias, amenizó la degustación con sabrosas y atrevidas preparaciones. Para llevar a cabo una cata tradicional, involucramos la vista, el olfato y el gusto, sin embargo, Ron Flor de Caña hizo que esta experiencia fuera más completa, e incorporamos el tacto y el oído, para entender mejor frente a qué nos encontrábamos.
“Así como el Perú le dio al mundo la Flor de Canela, nosotros le dimos Flor de Caña”, así comienza su presentación Mauricio Solórzano, quien con mucho más que pasión relata la historia de uno de los rones líderes de Centroamérica. Una historia que ha sobrevivido a 5 generaciones, bajo la protección del famoso volcán San Cristóbal, hace 128 años y que habla de mucho más que de un ron de calidad, sino de uno de los mejores embajadores de Nicaragua, casi casi un emblema patrio. “Flor de Caña es el mejor embajador de Nicaragua, después de Rubén Darío”. Afirma Mauricio. Su historia habla por sí misma.
El legado y las tradiciones de la marca se han mantenido desde 1890, año en que fue fundada por don Alfredo Pellas, quien le dio vida a este destilado de caña de azúcar que, un siglo después, se consagraría como uno de los mejores del mundo, entre otras cosas por la singularidad de su origen: La influencia del clima oceánico (Oceano Pacífico) sobre sus tierras, así como la presencia del volcán San Cristóbal, el más activo del país, que determina la composición de la tierra donde crece la caña de azúcar y también el alto grado de evaporación que experimenta el ron durante su crianza en barrica, son determinantes en la elaboración de un Flor de Caña.
La interacción entre el destilado y las vasijas de roble, previamente envinadas con whisky bourbon, es una de las claves en el proceso de envejecimiento. Naturalmente añejado sin azúcar, aditivos o ingredientes artificiales y destilado 100% con energía renovable. Sello de Flor de Caña.
En 1988 se convierte en el primer productor de ron en obtener la certificación ISO 9000, relativa a la gestión de calidad y buenas prácticas ambientales, además de la certificación HACCP y Kosher.
Flor de Caña, más allá de la bebida, habla de un país valiente capaz de sacar lo mejor de si en medio de las adversidades. No es materia de discusión, pero tener el placer de degustar un Flor de Caña 25 años, habla no solo de calidad, sino de que el alma de Nicaragua sigue intacta a pesar de los malos momentos y eso vale la pena destacar. Compartimos su nota de cata para que lo saboree en casa con mayor conocimiento.
Vista: color ámbar oscuro
Nariz: aroma integrado y complejo, con notas de miel, madera, nueces tostadas, naranja quemada y crème brulee.
Tacto: esta fue la innovación en la cata. Flor de Caña cuenta con un proceso de añejamiento denominado Slow-Aged, siendo envejecido naturalmente en barricas de roble blanco sin utilizar ningún añadido como miel, caramelo o sabor artificial para simular aromas, color o sabor. Somos genuinamente y naturalmente envejecidos, sin acelerar el proceso o añadiendo aditivos artificiales, lo que hace un líquido más puro, limpio y único. Colocar unas gotas de ron en sus manos y frotar. Preguntar: ¿Qué siente? Al hacerlo notaremos que no existe ninguna sensación pegajosa, a pesar de que el exquisito aroma del ron quedará impregnado en nuestras manos. Esto demuestra que no tenemos ninguna traza de miel y/o azúcar añadida, lo
cual es una prueba más de nuestro añejamiento natural Slow-Aged. si es que se van a disfrutar puros- para descubrir la calidad que atesora Flor de Caña.
Boca: notas de frutas, almendra y caramelo, con un toque de dulzura que es largo y agradable.
Oído: escuchemos el “Chin Chin” de las copas de las copas.
Revista Sommelier
