El concepto del restaurante Matilde tiene sus orígenes a principios del siglo XX, allá por el año 1910, cuando las primeras colonias de origen europeo comenzaron a asentarse en el Perú, trayendo con ellas un gran bagaje cultural y gastronómico, este se fusionó con la gastronomía criolla y dio origen a nuevos sabores y texturas. En aquella época las labores culinarias estaban relegadas usualmente al área de servidumbre de la casa, hoy, más de cien años después, en Matilde se le rinde homenaje a esas manos que deleitaban los paladares limeños.
“Al pensar en la Lima de antaño encontramos un nombre que buscaba la empatía de los clientes, y así nace Matilde. Ella puede ser tu abuelita o aquella nana con la que creciste, esa figura femenina a la que le tenías mucho cariño y ese cariño es lo que queremos reflejar con Matilde”; comenta Iván Echegaray, Brand Manager de Matilde, al preguntarle sobre el origen del nombre del local.
En Matilde las recetas de antaño son mejoradas y llevadas a la mesa siempre manteniendo un toque casero e imprimiéndole un estilo particular. Además, se trabajan con dedicación y cariño insumos de las tres regiones del Perú en una innovadora propuesta de comida peruana; ofreciendo desde platos tradicionales, como el ají de gallina, el lomo saltado, hasta platos de autor, como el cochinillo servido en puré de oca y el salmón grillado con azafrán de membrillo.
Su propuesta se ve complementada con una barra de pescados y mariscos de la que la “Leche de tigre Matilde” es protagonista con todo y estilo carretillero. La carta fue trabajada por el experimentado chef Rodrigo Conroy, a él se suma Alan Trujillo, chef ejecutivo, quien, con su trayectoria en reconocidos restaurantes, vela día y noche por la cocina del local. Ésta cuenta con más de 50 platillos en los que también figuran sopas, cremas y piqueos.
Propuesta coctelera:
En el bar de Matilde, además de los licores y destilados, nada se compra industrializado. El resto de insumos es trabajado de manera artesanal, siendo los mismos trabajadores del local quienes deshidratan la fruta, trabajan los bitters y los complementos. De la mano de Manuel Cigarróstegui, la carta del bar se trabajó en base a la propuesta general del restaurante haciendo énfasis en el elemento innovador, pero manteniendo la línea de acercar al público a la Lima de antaño. En base a esta propuesta se trabajaron cócteles novedosos como el “Calle Capón”, el “Chullachaqui” o el particular “Cristo Morado”, cóctel similar al negroni donde el gin ha sido reemplazado por el pisco y se sirve acompañado de un palo santo, buscando emular la sensación de encontrarse en una procesión. Apostando por el uso de marcas nacionales, Matilde incluye en su propuesta una carta de tonics o mixers peruanos y destilados como Singular, 14 Inkas, Caña Alta y pisco 1615.
El toque artístico de Matilde
Uno de los aspectos que más llama la atención al entrar a Matilde es el arte: el gran mural donde se ve representada la figura de una mujer cocinando adorna la entrada al restaurante. La mujer con una pañoleta roja en la cabeza y vestida con un delantal de cocina es Matilde. El mural estuvo a cargo del artista visual Franco Domenak, también conocido como “WA”. En la segunda planta el artista plástico Marcelo Wong instaló una exhibición basada en el Perú preinca con las figuras de los “Cuchimilcos”.
El concepto artístico del local fue trabajado por Cesar Lee, reconocido arquitecto enfocado en el tema de los restaurantes, quien combina elementos rústicos y victorianos. La iluminación se da con una lámpara compuesta por más de 300 costales de arroz y azúcar generando un agradable impacto visual y manteniendo el elemento nacional en todo momento.
El local presenta tres espacios importantes, la terraza, un espacio muy amplio y al aire libre, ideal para actividades after office. El salón principal, donde la espaciosa barra está presente y adquiere protagonismo. Finalmente, el segundo piso, o mezzanine, un espacio trabajado por la marca Fever-Tree, esta área se presenta más informal, pero a la vez más privada, el área ideal para reservas y catas de vino.
Matilde combina las plataformas de gastronomía, alta coctelería y arte, buscando la armonía entre la Lima de antaño y la modernidad.
Datos:
Dirección: Calle Bellavista 231, Miraflores
Teléfono: T. (01) 2772557
Por David Palti