El mundo del vino esta saliendo de otro año caótico en medio de una pandemia global. Sin embargo, a pesar de todo, la situación actual está muy lejos de ser sombría. Con los restaurantes en constante recuperación y las ventas fuera de las instalaciones continuando con su auge posterior a la pandemia, la industria está demostrando una vez más su capacidad ilimitada de creatividad, adaptabilidad y resiliencia.
“Actualmente, la industria del vino tiene múltiples razones para sentirse optimista”, dice Mirtha Noceda, sommelier de Kiwine, el ecommerce especializado en vinos de Nueva Zelanda. “Este año, el mercado se está mostrando más receptivo a lo audaz, lo nuevo y lo innovador, dándole la oportunidad a grandes bodegas para brillar”. Por ello, en aras de ese espíritu indomable, Noceda comparte tres tendencias clave que están dando forma a la trayectoria del mundo del vino en lo que va de este año:
Innovación de los canales digitales
En los últimos dos años, las empresas vitivinícolas adoptaron el internet como nunca antes al usarlo como un espacio seguro para vender sus vinos, interactuar con clientes potenciales y mejorar su visibilidad. Muchos ecommerce especializados han aprovechado la oportunidad de crecimiento y han ayudado a normalizar la práctica de comprar vino en línea durante la pandemia de COVID-19. Incluso cuando el mundo se ha reabierto en gran medida, las ventas de vino en línea se han mantenido sólidas. Pero el futuro del sector del comercio electrónico ahora enfrenta un desafío importante: ¿Cómo encontrar formas creativas de impulsar el compromiso digital y retener su base de clientes recientemente adquirida? La clave está en convencer a los clientes de que comprar vino en línea puede ser tan gratificante como buscar recomendaciones de un especialista de confianza.
Sostenibilidad en la producción
Actualmente se ha formado un sentido proactivo de responsabilidad en el lado de la agricultura tanto en los productores como en los consumidores. Ahora más que nunca, estamos empezando a ver que los bebedores de vino eligen apoyar marcas que comparten los mismos valores, desde lo que visten hasta lo que consumen. Este cambio colectivo ha tomado mayor fuerza durante este año y seguirá una tendencia ascendente. La adquisición de cualquier producto, incluido el vino, es cada vez más personal. Por ello, es lógico prever un aumento en el interés por las marcas que tienen conciencia ambiental e invierten en el bienestar de sus empleados. Cuando se trata de temas sociales y de sustentabilidad, los consumidores quieren gastar de una manera que sea consistente con sus
valores.
Vinos orientados al valor
Junto a la revalorización de regiones menos conocidas, también se ha presentado un creciente deseo del público por vinos con una historia de fondo y que estén más enfocados en capturar la esencia de sus microclimas. Este año se está viendo más de un enfoque renovado en los vinos impulsados por el valor con una narrativa convincente. Actualmente, el público está presentando mayor interés en aprender sobre los enólogos detrás de cada botella. Los consumidores también se están enfocando en un sentido de lugar y prácticas agrícolas responsables para producir cada vino y eso es algo que las bodegas están tomando cada vez más en cuenta.
La industria continuará impulsando una gama más diversa de vinos en variedades de uvas y de procedencias. Si bien el descubrimiento se vuelve crucial por necesidad, los bebedores de vino, que son naturalmente curiosos, aprovecharán la oportunidad de diversificarse.
NDP