Con menos de un año en el mercado local 14 Inkas, el vodka de papas nativas peruano ganó su primera medalla de oro en el New York World Wine & Spirits Competition. Este logro se lo dedican especialmente a la comunidad del distrito de Pazos en Huancavelica y a todos los agricultores de papas nativas del Perú.
Omar Cosio siempre estuvo ligado al marketing de entretenimiento y la pregunta de por qué no había un vodka peruano de papa siempre rondó su mente. Finalmente se decidió y con sus otros cuatro socios empezaron a trabajar con el objetivo no solo de hacer un vodka peruano de papa, sino de papa nativa. El suyo es un caso de perseverancia, ya que todos los especialistas o investigadores le decían que hacer un vodka de papa nativa era imposible.
Para crear una marca exitosa no solo basta tener un buen producto. El proceso de conceptualización también es crucial y gran parte del trabajo de 14 Inkas se hizo en mente, en sesiones intensas de trabajo, con lápiz y papel, para darle identidad y que la marca, el nombre y el contenido, se ensamblen en un producto redondo. Luego de centenares de pruebas, eligieron la papa huayro, que proviene de la Comunidad Andina de Huancavelica, que agrupa a más de 150 familias productoras de tubérculos.
El proceso de destilación es el mismo en todos los destilados: moler la materia, desarrollar un mosto, cocinarlo (en esta parte las enzimas separan las moléculas de alcohol) y esperar posteriormente, se agrega la levadura de Champagne, que permite que la fermentación se haga lentamente –sin aportar sabor–, durante 4 días, hasta alcanzar los 20 grados Brix aproximadamente. Finalmente, el producto entra al alambique de cobre producido en China –de donde provino todo el equipo usado en la planta ubicada en San Juan de Miraflores–, donde se realizan tres destilaciones, en cada una de las cuales cortan cabeza y cola. El resultado es un vodka ligeramente dulce, con notas a frutos tropicales, aterciopelado, ideal para tomarlo puro bien frío, aunque seguro también encontrará uso en coctelería. Las botellas las trajeron de Francia y las etiquetas, 14 en total, remiten a la iconografía inca. Ahora solo falta esperar las ediciones especiales, hechas con otras papas o productos. Y es que el mundo de los destilados es infinito.
Por Sergio Rebaza / Fotos Archivo 14 Inkas