VINO

Provenza, la capital mundial del vino rosé

Por Soledad Marroquín
Instagram: sol_marroquín

El mundo se rinde ante el color del vino rosé de Provenza, Francia, ese matiz tenue y elegante que viene invadiendo las bodegas del mundo.

Provenza, ubicada al sureste de Francia, es el epicentro para la elaboración de vino rosé. La belleza de la zona también famosa por el turismo que ofrece es enorme. La Costa Azul o Ribera francesa está llena de pueblos que miran el mar mediterráneo, Cassis, Saint-Tropez, Niza, Cannes por mencionar los más archiconocidos y famosos. A partir de mi visita al festival Just’Rosé, tuve la oportunidad de visitar tres bodegas. Acá mi experiencia en el paraíso del vino rosado.

Just’Rosé, el festival de vino rosado

A una hora en auto, desde Saint-Tropez, está Sanary-sur-Mer sede del festival Just’Rosé que se organiza desde hace 7 años. El pueblo se viste de rosa, demostrando el compromiso y el amor por un producto que pone en vitrina al pueblo y a la región que recibe visitantes locales y extranjeros. El festival no es un evento solo para winelovers, es una actividad cultural para toda la familia. Hay juegos para niños, así como stands con refrescos de fresa y frambuesa. Hay una zona de mercado con verduras y frutas ecológicas donde probé las fresas más grandes y ricas del mundo, frutos secos, los famosos quesos y terrinas, y panes de distinto estilo.

Los mismos propietarios, enólogos y viñateros, están al frente de los stands sirviendo y explicando sus vinos a quien lo requiera: ¿Floral, frutal, semi seco?, era la pregunta de rigor. Y es que el vino rosé tiene estilos en su forma de elaboración con las 13 variedades permitidas en la región, entre las más conocidas:  Cinsault, Garnacha tinta, Mourvèdre (Monastrell), Syrah, Carignan. Una experiencia inolvidable y un anticipo de nuestra visita a las bodegas con la estupenda guía de nuestro amigo Bruno Zgorecki quien feliz y orgulloso nos mostró su tierra natal.

La Ruta de las bodegas:

Château Saint-Maur Cru Classé

A 10 km del famoso balneario de Saint Tropez están las instalaciones de esta imponente bodega, cuya edificación original data del siglo XVIII de propiedad del empresario hotelero Roger Zannier y de su hijo político Marc Monrose, quienes manejan además bodegas en Portugal. Su concepto de terroir lo definen como la suma del suelo, clima, biodiversidad, historia, hombres, mujeres y su filosofía. El lugar está rodeado de viñedos de Syrah, Garnacha, Carignan, Cinsault y Cabernet Sauvignon, así como árboles de alcornoque.

La bodega cuenta con tecnología de última generación, su nueva y moderna edificación tiene una sala de ventas, otra sala de exhibición con piezas de arte, área de barricas, zonas de trabajo en el sótano y su propia planta de nitrógeno, (gas inerte que ayuda a preservar la calidad de las uvas una vez cosechadas). Probamos varios de sus vinos, entre ellos 3 rosados: Les Seigneurs, Maur&more y L’Excellence, cada uno con su propio estilo, elegantes, ricos y mostrando que cuando se habla de vino rosé existe una interesante gama de opciones.

Domaine La Sanglière

Llegamos a la casa hacienda La Sanglière y nos recibe Olivier Devictor miembro de la segunda generación de viñateros quienes conducen la bodega desde 1980. Nos invita a subir a la camioneta para visitar los viñedos que la familia Devictor posee en 42 hectáreas manejadas de forma tradicional y orgánica. Para la protección y tratamiento de las vides emplean el clásico “caldo bordelés” a base de cobre. Las uvas que cultivan son: Rolle (Vermentino), Ugni Blanc, Garnacha, Cinsault, Syrah y Cabernet Sauvignon, con las cuales elaboran vino blanco, rosado y tinto. Los suelos están compuestos por arcilla y pizarra que aportan frescura a los vinos y ese toque de mineralidad tan apreciado hoy en día. Apogeé, Seduction, Signature son algunos de los rosé que ya se encuentran en Perú.

Domaine Kennel

El origen de la bodega tiene raíces suizas pues la familia Kennel se dedicaba al comercio del cobre en una zona donde tradicionalmente se elabora vino en Suiza. Eso los animó a mirar tierras francesas para instalarse en Pierrefeu du Var, a 15 km del mar, en 1951 y empezar con la pequeña bodega que sigue bajo el manejo de la familia Kennel, y bajo la dirección enológica de Julien Kennel. Posee una viticultura orgánica, con suelos ricos en sedimentos, donde cultivan Syrah, Garnacha, Cinsault y Tibouren, que expresan el sentir de la Provenza. La bodega elabora vinos de las 3 clases, blanco, rosado y tinto, y han iniciado hace poco la producción de vinos naturales que tienen muy buena aceptación en un grupo determinado de consumidores.

La familia vive en el segundo piso de la pequeña bodega, rodeada de viñedos y jardines donde corretea Milo, la mascota de la casa. Justo estábamos sentados en la terraza probando sus vinos cuando llegó Nina, la hija de Julien y Mireille quien fue nuestra anfitriona durante la visita. “Le Jardin de Nina” o El Jardín de Nina es el primer vino rosado que elaboran y quisieron dedicárselo a su hija. El vino es de un hermoso tono agua de rosa, de aromas florales y sabor agradable a base de las uvas Merlot, Cabernet y Caladoc, una variedad tinta típica de la Provenza y Languedoc producto del cruce de las tintas Garnacha y Malbec.

Las tres bodegas están representadas en Perú por In Vino Francés Veritas: www.invinofrancesveritas.pe


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