Nuevamente se volvieron a juntar en Lima un grupo de enólogos y representantes de bodegas argentinas en un almuerzo ofrecido por Wines of Argentina, a propósito del Alta Gama Wine Fest. Esta vez Toshi Restaurante Nikkei fue el encargado de la propuesta gastronómica. Los dejamos con algunas impresiones de lo que fue revivir la “buena onda” que siempre impera en este tipo de encuentros. Un ambiente de confraternidad donde por encima de todo el vino siempre es el protagonista.
La propuesta de Toshi, diseñada por el gran Toshiro Konishi (1953-2016), uno de los itamaes más influyente de la cocina peruana, combina, por un lado, un gran conocimiento de los insumos peruanos, en especial de los marinos, y por otro la destreza de la cocina japonesa tradicional. Aquí se combina lo tradicional con lo moderno de la cocina oriental, reflejada finalmente, en cada platillo llevado a la mesa en vistosas presentaciones diseñadas por la ceramista Sonia Céspedes Rossel. Esta propuesta se vio realzada por el maridaje preparado por el itamae Santiny de los Santos, quien ha logrado mantener la esencia de Toshiro, y la sommmelier invitada Florencia Rey: Los vinos blancos fueron los protagonistas de la tarde. Ellos, junto con los sashimis, makis, nigiris, y demás, hicieron del almuerzo uno diverso y especial. Presentaron un maridaje de 8 tiempos.
“La idea es presentar un maridaje dinámico, mostrar lo que pasa hoy en Argentina con los blancos”, comenta Flor Rey, head sommelier y encargada del servicio. Y vaya que se logró, hay blancos para rato en Argentina, y el descubrimiento es constante, así que todavía hay mucho por explorar. Probamos blancos de diversas regiones vitivinícolas argentinas que demostraron, una vez más, que los blancos están hechos para cualquier estación del año y que no tienen pierde cuando de comida de mar se habla. Sin embargo, su complejidad y variedad demostraron que no son encasillables y que pueden brillar más allá de acompañar una tabla de sashimis o nigiris sino al acompañar platillos de mayor complejidad de sabores como: un Nisakana (mero hervido en soya y sake), unas empanadas fritas rellenas de langostino y cerdo, un arroz con mariscos o un arroz con pato al estilo nikkei.
El segundo tiempo se maridó con 2 Sauvignon Blanc, la variedad del momento y la segunda más plantada en Argentina: Colomé Lote Especial Sauvignon Blanc 2016 y Doña Paula Estate Sauvignon Blanc 2016. Denotaron una intensidad aromática particular y reconocible, clásica de esta variedad. Vinos secos, frescos, con una marcada acidez, que acompañaron muy bien la tabla de sashimis. (Cortes mixtos elaborados con la pesca del día y mariscos)
El tercer tiempo llegó con una tabla de makis y nigiris (de atún, buri y salmón), acompañados de un blend (Semillón y Sauvignon Blanc) Humberto Canale Intimo 2015, un Torrontés 2016 de San Pedro de Yacochuya, -que se da muy bien justamente en esta zona de Salta- y un Altocedro Año Cero Rosé 2016, elaborado con Merlot. Interesante el Torrontés de Arnaldo Etchart, una variedad de origen español, que adquiere perfectamente toda la riqueza del terruño salteño y que nos dejó un gusto muy agradable, frutal y armonioso en boca.
Nos vamos directamente al penúltimo y ultimo maridaje. Ambos realzados por dos vinos memorables, directamente de Gualtallary, del gran Ale Vigil. Un arroz con mariscos empatado a la perfección con un Catena Zapata Adrianna Vineyards White Stones 2015. Un vino que a pesar de brillar por si solo por su gran complejidad en nariz, (muy floral y mentolado), acompañó muy bien este plato, sin excesos y con buen uso de los insumos. Finalmente, el Enemigo Chardonnay 2015, -95 pts. James Suckling, 90 pts. Wine Spectator, (untuoso, fresco y seductor), nos dejó con más gusto al maridar un clásico platillo norteño preparado al estilo nikkei. Un sabroso arroz con pato. Dos Chardonnay de personalidad definida, equilibrados, que se impusieron esta tarde. Una delicia y un placer, como siempre, probar las genialidades de Vigil. Por eso nos quedamos con sus palabras: “Hacer vino es salir al mundo y mostrarlo. No solo es estar en una bodega. Hay miles de personas detrás del vino y es bonito ser representante de esa cultura”. Gran cierre.
Por Margite Torres P. / Fotos cortesía Wines of Argentina