A propósito de la celebración del mes del Malbec, tuvimos la oportunidad de entrevistar a importantes representantes de bodegas argentinas como Alejandro Pepa, (winemaker Bodega El Esteco) Eduardo Casademont (winemaker Finca Las Moras), Luis María Auge (export manager Finca Flichman) y José Galante (winemaker Bodegas Salentein), quienes visitaron nuestra capital para deleitar con una selección de vinos alta gama del famoso varietal a entendidos y aficionados en una exclusiva cena maridaje.
¿Por qué creen que la gente se enamora del Malbec?
¿Hay alguna otra cepa que se esté perfilando con similar importancia en la Argentina?
Alejandro Pepa:
Creo que el Malbec encontró su lugar en Argentina. Argentina es un país muy largo de extensión con distintos terroirs y el Malbec, se expresa de diferentes maneras en cada uno de los terroirs. Cada región produce un vino Malbec de altísima calidad. La gente lo elige porque es muy rico, es un vino agradable, de sensación suave, frutado. Y sí, Argentina es tan diversa que sin lugar a dudas tiene otras variedades de las cuales se puede hablar y trabajar en cada región con sus particularidades. En el caso del norte, el Cabernet Sauvignon y el Tanat son variedades que van ir dando qué hablar. Y en variedades blancas, sin duda el Torrontés.
Eduardo Casademont:
Coincido con lo que dice Alejandro, la razón por la que el Malbec es tan conocido en el resto del mundo y en nuestro país es básicamente por las características de diversos climas y suelos en los que esta variedad se ha adaptado excelentemente en nuestros suelos. El Malbec ha demostrado, en una amplia zona vitícola del país, que puede darnos vinos con características especiales. Sí hay por destacar otras variedades que se adaptan muy bien a las condiciones del clima y del suelo de San Juan. En blancos podemos hablar del Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Gris y el Viognier. Y en tintos, del Shiraz, Tannat, Cabernet Franc y por supuesto el Malbec.
Luis María Auge:
Yo si bien no soy enólogo, me parece que es súper importante destacar la costumbre de que en Argentina el único varietal interesante puede ser el Malbec. Comercialmente me parece importante empezar a educar al consumidor de que hay muchos varietales que se dan tan bien como esta cepa. Tenemos también muy buen Tannat, Cabernet Sauvignon, Shiraz, y otros varietales que pueden llegar a ser tan interesantes como el Malbec.
José Galante:
Yo creo que el Malbec ha sido la variedad que le ha permitido a la Argentina instalarse en el mapa mundial de países productores de vino. Además, el hecho de que podamos cultivar uvas desde el extremo sur en la Patagonia hasta el extremo norte en Salta, te da una diversidad y una amplitud que lo hace sumamente atractivo. Es una cepa que se adapta muy bien a distintos tipos de comidas, distintos momentos de la vida. Está en nosotros desarrollar otras variedades. Por ejemplo, específicamente en el valle de Uco tienen muy buenos Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Y en blancos, Sauvignon Blanc y Chardonnay.
Sé que ustedes vienen de bodegas algunas más jóvenes que otras, pero si habláramos de innovación y tradición ¿Cómo trabajan ambas perspectivas cada una de las bodegas a las que representan?
José Galante:
Empalmando con la respuesta anterior, justamente porque el Malbec encontró en Argentina su lugar para vivir, hemos tenido que salariar nuestro trabajo de investigación y tratar de entender cómo se comporta la cepa en distintas condiciones. Entonces, todo lo que se está haciendo es bastante innovador y creativo. Hoy en Salentein no tenemos una tradición que nos frene, de hecho, somos una compañía que comienza a trabajar en Argentina a mitad de los 90 y que a pesar de ser joven es pionera en el valle de Uco, porque este valle comienza a desarrollarse recién a mitad de los 90. Todo lo que está pasando allí es nuevo, novedoso, creativo y el límite o el horizonte es infinito. Depende de nosotros.
Luis Auge:
En Flichman la tradición era una parte súper importante para el producto, para el marketing, para todo lo que tenía que ver con la venta del vino. Hace un año y medio, entró un gerente general nuevo a la compañía que vino con una mente revolucionaria y no sólo empezó a utilizar nueva tecnología sino también a innovar en lo comercial. Estamos relanzado las 4 marcas que tenemos con etiquetas más llamativas y con comunicación mucho más relacionada a la tendencia del tipo de consumo que se busca ahora. Esto para Flichman es extraño porque una de las cosas principales de nuestra bodega era la tradición. Ahora, apuntamos a que Flichman llame la atención por lo nuevo y por lo distinto en la industria.
Eduardo Casademont:
En el caso de finca Las Moras es un nuevo proyecto que no tiene muchos años de antigüedad. De hecho, comercialmente arranca en el 2001. Si bien pertenecemos a un grupo vitivinícola que tiene más de 100 años en la industria, el desafío es desarrollar a San Juan como zona vitivinícola. Además apuntamos hacia jóvenes consumidores. Y también, queremos desarrollar y sostener de cada uno de los lugares donde se produce la uva la mejor posibilidad de cada varietal para hacer vinos de alta gama.
Alejandro Pepa:
Bodega El Esteco es centenaria en Cafayate. Actualmente, contamos con viñedos productivos que tienen más de 80 años, los cuales vinificamos individualmente. A pesar de ello, en la industria del vino, si bien respetas muchísimo la tradición hay muchas cosas que tienes que ir innovando, cambiando y agregando en cuanto a tecnología e investigación para estar a nivel de calidad de los productos. Esta es la idea de la bodega, tener el concepto de nuestros abuelos, de nuestros padres, esa vitivinicultura y esa enología tradicional pero con mucha investigación, desarollo y la mayor calidad posible que podamos realizar en todos los trabajos: desde el viñedo y la crianza hasta el vino puesto en la botella.
Por Fiorella Garavito Herrera