VINO

Lleva el tema del vino a la mesa: 6 ideas

A todos nos ha pasado que a veces no tenemos mucha afinidad con los que nos toca compartir la mesa en algún almuerzo o cena. O en estos tiempos de COVID con los que conversamos a través de una pantalla. Estando como estamos de política nunca es encender la mecha de la discordia o deprimirnos, mejor hablar de fútbol, pero la cosa se puede poner espesa y arruinar todo, ni que hablar de economía. En ese caso, el vino es un catalizador, un rompehielos ideal que, bien llevado, pone a circular la mesa de forma amable.

Pero ¿de qué hablar?, ¿qué temas son interesantes sin ser esnobs o caer pesados? A continuación, algunos “temas salvavidas” para ser él o la mejor de la mesa.

  1. Los vinos blancos se han puesto de moda. Todo el mundo ama los tintos. Pero en una noche de calor, como las que ya se vienen ¿será posible que no pinte un buen blanco? Hoy, cada vez más la gente se atreve a probar un vino blanco bien logrado, con más cuerpo, elegante, no solo el clásico vino blanco de playa. Así que hablar de un Chardonnay que aporta frescura y madurez al sabor o de un Sauvignon Blanc de zonas templadas, con trazos tropicales, o bien un Torrontés, suena bien. Con un plus: por menos plata que los tintos, entregan igual sabor.
  2. Tintos gastronómicos. Otro tema interesante son los tintos gastronómicos. Los nuevos estilos de tintos, más frescos, menos amaderados, afrutados y ligeros, que se pueden enfriar o hasta incluso ponerle hielo, ¿por qué no? Pueden complementar la conversación, con esta otra idea: ¿con qué maridar este tipo de tintos?
  3. El fraude del siglo. Mientras que se sirven los vinos, seguro alguno dice que en el supermercado chino se consiguen vinos muy baratos. Lo mejor es comentar el fraude del siglo en materia de vinos. Un tal Rudy Kurniawan que, nacido en Jacarta, Indonesia, bajo el nombre de Zhen Wang Huang, embocó una estafa que lo mandó a la cárcel. En 2006 se presentaba como un gran coleccionista, con una cava de vinos muy selectos de Francia que comenzó en subastas impactantes. El chiste es que en 2012 se descubrió que Kurniawan compraba vinos sencillos de Burdeos y los reetiquetaba como grandes Burdeos, falsificando todo el pack y embaucando a varios millonarios con su estafa. Hay una buena película para ver: Sour Grapes o Uvas agrias.
  4. Recurrir al viñedo, lo más elemental. Los enólogos o viticultores siempre dicen que el vino nace y se hace en la viña. Este tema siempre trae un feeling especial y está de moda. Para lograr una mejor calidad de la cosecha, el viticultor debe poner los medios necesarios para conducir el cultivo del viñedo en el sentido de lograr sus objetivos. En la bodega se interviene cada vez menos.
  5. Lo pequeño es bonito en el mundo del vino. Es muy complicado para una bodega que produzca millones de botellas, realizar vinos con muchos detalles. Una pregunta inteligente para generar tema de conversación es preguntarle al sommelier sobre el tamaño de una bodega. Si la respuesta es que la bodega es pequeña podemos estar seguros de que son vinos de autor y más caros. Y eso siempre trae a la mesa algún tema de conversación con que distraerse.
  6. Recurrir a alguna anécdota o historia. Si la conversación en la mesa se enfoca en el vino y no nos sentimos cómodos, es fácil aportar alguna idea interesante. Una opción puede ser recurrir a la historia del origen del brindis. Además de una historia bonita en sí misma puede abrir la conversación a muchos temas, incluidos los vinculados a la confianza necesaria en una posible relación comercial. La historia es la siguiente: parece ser que en la edad media se brindaba con el objeto de mezclar el contenido del líquido de dos copas. Si se llenan mucho las copas, al chocarse una con otra se intercambia líquido. Era un tema fundamental cuando las personas que bebían juntas podían sospechar que la persona que tenían en frente pudiera tener la intención de envenenar al otro.

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