Intipalka de Santiago Queirolo presentó oficialmente su línea Patrimonial a sommeliers y prensa especializada, en un viaje a Ica con motivo de la vendimia 2024. Las protagonistas son tres etiquetas de vino seco elaboradas con uvas peruanas de pura cepa: Negra Criolla, Torontel y Quebranta.
Por Vanessa Rolfini @rutasgolosas
Intipalka Patrimonial es la nueva línea de vinos secos que saca al mercado Santiago Queirolo, en este caso, con uvas propias del Perú, que forman parte de su historia y que se les conoce por su protagonismo en el pisco. Se trata de tres etiquetas que corresponden a las variedades: Quebranta, Negra Criolla y Torontel.
Este proyecto comenzó en 2019, poco a poco después de la pandemia se dejaron colar las primeras botellas, como la sesión que se realizó en el restaurante La Niña en 2023 cuando el enólogo de la bodega, Luis Gómez, presentó el proyecto a medios de comunicación. Pero en ese entonces ni siquiera las etiquetas estaban listas. Sin embargo, el Quebranta fue el único vino rosado presente en el Premium Tasting el año pasado en Lima, integrado por una rigurosa selección de etiquetas sudamericanas.
Tres peruanos de pura cepa
Intipalka abre un espacio propicio para rendirle homenaje a las uvas patrimoniales, esas que han protagonizado la historia del pisco, que llegaron junto con los españoles en el siglo XVI a nuestras tierras y que fueron evolucionando para formar parte de nuestro patrimonio vitivinícola (de ahí que se les llame Patrimoniales). Una selección pensada, sopesada, evaluada una y mil veces, donde cada decisión no responde a la prisa, ni al azar, sino que ofrece vinos que desde su origen tienen un sello de identidad.
Las uvas Negra Criolla, Quebranta y Torontel dan un paso al frente para esta línea donde cada color tiene una historia y un registro de sabores y aromas que contar, que armonizan con la gastronomía peruana de manera excepcional.
En una cata dirigida a sommeliers y comunicadores especializados, José Luis Valle, sommelier de Santiago Queirolo, explicó detalladamente cada etiqueta, sus aspectos técnicos, resaltando que ninguno tiene paso por madera. En general, el proceso para llegar a los resultados servidos en copa. Si bien son uvas muy conocidas para el pisco, su desempeño en el vino ha sido un camino de descubrimientos, sorpresas y ajustes.
Comenzó la actividad con la Quebranta, cuya estructura y frescura sorprendió gratamente a los asistentes, quienes en su mayoría la habían probado y de manera unánime generó halagos por su equilibro y expresión de los descriptores propios de la uva.
La segunda etiqueta que se descorchó fue la Negra Criolla, que ha mostrado una evolución excepcional, hacia un vino sedoso, elegante y con carácter. Finalmente, y la sorpresa para muchos de los asistentes ha sido el Torontel, con una nariz floral, delicado y fresco en boca, resultó complejo y expresivo.
En todos los casos, fue un viaje al terroir iqueño, alineados a la tendencia creciente de vinos secos elaborados con uvas nativas del Perú, que abren nuevas posibilidades al mercado local e internacional, y que van de la mano de una culinaria reconocida en el mundo.
Por el momento, el vino rosé de Quebranta es la única de las etiquetas que está en venta en tiendas como vinoteca y licorería El Pozito (www.elpozito.com.pe). El resto de las etiquetas, Negra Criolla y Torontel, solo están disponibles en la tienda del hotel Viñas Queirolo en Ica. Próximamente, también estarán disponible en cartas de restaurantes en Lima.