Hace unos días se presentaron en Lima dos bodegas boutique chilenas, que estamos seguros atraerán a los paladares más selectos en busca de algo diferente. Vinos de excelente calidad, de limitada producción; detrás de estas bodegas encontramos historias de familias dedicadas al vino, mucha pasión y distinguidos terruños. Una de ellas es Clos de Luz, situada en el Valle de Almahue, cuna del Carménère, y la otra es Andes Plateau, cuyo origen está inspirado en la Cordillera de los Andes chilena a más de 700 m s.n.m..
En medio de la Cordillera de los Andes chilena, nace Andes Plateau, una bodega familiar inspirada en estas altas montañas nevadas, en sus colores, su cielo y en un terroir con características únicas y poco exploradas. “Andes” por la cordillera y “Plateau” que significa meseta en altura.
En uno de sus tantos viajes y motivado por su incansable búsqueda de lograr un vino ideal, el enólogo y propietario Felipe Uribe-, quien en el 2012 recibe el “Premio al Vino Revelación del año» otorgado por la guía de vinos Descorchados-, comienza este proyecto enclavado a más de 700 msnm que da origen a su primer vino: 700.
Como el mismo Felipe cuenta, el entorno, aparentemente hostil a la viticultura, brinda temperaturas bajas, un clima seco y soleado, y suelos pedregosos, que permiten una lenta maduración de la uva y que se enriquezcan sus aromas, dando origen a vinos de menor alcohol, más vibrancia y una marcada acidez y elegancia.
Mientras Clos de Luz posee algunos de los viñedos más antiguos de Chile. Los viñedos del Valle de Almahue son pequeños y familiares, es un valle que se diferencia de otros en el país sureño, pues es la cuna del Carménère. Esta misma cepa fue plantada en el año 1945 por Luz, abuela de Gabriel Edwards, quien inició esta aventura. La nueva generación de la familia Edwards Cosmelli puso nuevamente en marcha la bodega Clos de Luz en 2015, desde ahí han trabajado por poner en valor las parras más antiguas de la zona y rescatado las técnicas de elaboración de vinos de hace 100 años del Valle de Cachapoal.
Su objetivo es elaborar vinos frescos y elegantes, con mínima intervención y fermentados con levaduras nativas. Buscan resaltar la fruta por sobre aromas a madera por eso privilegian guardas en fudres de roble francés, ánforas de greda y barricas de roble. Utilizan método de reproducción Massal, técnica antigua y rigurosa de seleccionar las mejores cepas de un viñedo y propagarlas mediante esquejes. Sus vides no están injertadas ni son clonadas.
Puedes encontrar estos vinos en Kahan Licores (kahanlicores.pe).
Redacción Sommelier