BEBIDAS

Diferencias entre Whisky y Whiskey

Si pides una copa de ‘whisky’ y otra de ‘whiskey’, no van a servirte lo mismo. ¿En qué se diferencian? Sigue leyendo porque te contamos todos los detalles.

Seguro que alguna vez has pensado que eran distintas formas de escribir esta conocida bebida. Pero lo cierto es que, si pides una copa de ‘whisky’ y otra copa de ‘whiskey’, no van a servirte lo mismo.

¿Cuáles son sus diferencias?

El rasgo más característico que marca la distinción entre ambas es ni más ni menos, que su origen. Y es que la manera en que se escribe indica en qué lugar se elaboró y, por tanto, su calidad y sabor.
Concretamente el whiskey es de origen irlandés, mientras que el mítico whisky es de origen escocés (aunque también incluye otros orígenes). A este último también se le conoce como ‘scotch’.
Un whisky es, básicamente, licor destilado de grano fermentado. Los irlandeses generalmente pasan tres veces por un proceso de destilado. Los escoceses sólo dos veces. Por otra parte, un whiskey irlandés tiene que envejecer durante tres años, el escocés solo dos años. Estos detalles son los que llevan a algunos catadores experimentados a decir que el whiskey es más suave, mientras que el whisky es algo más fuerte.

 

Su consumo en el mundo

Al ser una de las bebidas alcohólicas más consumidas a nivel mundial, es muy importante conocer estas diferencias. Y es que las cifras confirman que hay un alto consumo per cápita de whisky escocés o galés en cualquiera de sus variedades.
Los americanos consumen un promedio de casi media botella al año. Los franceses, dos y medias anuales. Sin embargo, lo que más sorprende es que el consumo en Singapur es el más elevado, con una media de casi 13 botellas al año, casi el doble del que le sigue en la lista de mayores consumidores de ‘scotch’, Letonia.

Sus diversos y numerosos orígenes

Esta bebida se obtiene de la destilación de cereales como el trigo, la cebada, la malta, el centeno o el maíz. Además, se envejece o añeja en barricas, tradicionalmente hechas de madera. Cada tipo de whisky tiene un proceso de elaboración propio y especial, de acuerdo al origen, el gusto, el fermentado y el añejamiento.
Pero conozcamos más. El whisky se clasifica según su origen, aunque existen diversas procedencias. Cada país establece sus propias normas y reglamentos sobre la destilación del licor, el whisky y el whiskey se hacen de manera diferente.

A continuación, vamos a describir brevemente y de manera muy general las características de cada uno:

Escocés: Más conocido como ‘scotch’, es un whisky destilado solamente en Escocia. Es uno de los más reconocidos y mejor posicionados del mundo. El destilado se lleva a cabo en barricas de roble en Escocia durante al menos tres años, siendo obligatorio contar con un mínimo de 40% de alcohol en la mezcla.

Irlandés: Este es el ‘whiskey’ del que hemos estado hablando. Se produce en base al destilado de la fermentación de cebada y es muy común en ellos efectuar el triple destilado.

Canadiense: Derivado de una mezcla de cereales como la cebada, el maíz y el trigo (y en ocasiones centeno). Como el escocés, necesita un mínimo de tres años de añejamiento.

Estadounidense: Se produce a partir de maíz fermentado durante un par de años en barricas de roble y a veces dependiendo del tipo, también a partir de centeno, cebada y trigo rojo. En esta gama se encuentran alcoholes producidos y muy consumidos en Estados Unidos como el famosísimo Bourbon, el ‘rye whiskey’ o el Tennessee.

Galés: Muy similar al whisky escocés, aunque de regiones distintas. Cada vez vamos encontrando una mayor variedad y productos de calidad.

Japonés: Aunque es menos conocido que los escoceses e irlandeses, va tomando fuerza entre los destilados. Con una importante influencia escocesa en su elaboración y un consumo mayoritario de público japonés, ha llegado a los grandes bares en el mundo con un sabor muy especial.

¿Cuál es tu favorito?

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