Andrea Bruno, Diego Cruz y Jorge Miguel Jiménez no solo comparten la pasión por la sumillería; sino que, además, los 3 se dedican a enseñar a futuras generaciones lo apasionante de esta profesión. Es por eso que hoy, 3 de junio, en conmemoración de la fundación de la Asociación de la Sommellerie Internacional (ASI), se celebra el Día Internacional del Sommelier y qué mejor que estos tres destacados profesionales y queridos amigos nos cuenten lo que significa para ellos ejercer esta profesión desde sus propias vivencias.
Por Camila Calderón
Si buscamos en el diccionario la definición exacta de la palabra “sumiller”, este sería el resultado: “Voz procedente del francés sommelier, persona encargada de los vinos y licores en un restaurante de lujo”, explica la RAE; sin embargo, cuando le preguntamos a Andrea, Diego y Jorge, cada uno se deja llevar por lo suyo.
Para la argentina-peruana Andrea Bruno, quien antes de convertirse en sommelier ejerció como abogada penalista y criminalista, sumiller es “un profesional en el arte del maridaje y del servicio gastronómico y, esencialmente, un comunicador”. La actual directora de Excella, una consultora especializada en la formación de sommeliers, siempre tuvo interés en la gastronomía cuando viajaba dentro o fuera de Argentina. “No perdía ni una sola oportunidad de probar las cocinas locales y los maridajes regionales cada vez que viajaba. Hacía turismo enogastronómico, en épocas en que ese término tampoco nos era familiar”, nos cuenta.
Sommelier de la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS), luego obtuvo la doble titulación de Sommelier Internacional de la Escola de Restauració y Hostalatge de Barcelona, España y de la Universidad Católica de Cuyo. Además, es Especialista y Consultora en Pisco.
Diego Cruz, en su búsqueda por encontrar lo que lo hiciera feliz, encontró en la sumillería una rama más artística y sensible. “El sommelier es la persona instruida en el ámbito de las bebidas que, a través de su conocimiento, busca generar experiencias. Un comunicador, un líder de opinión al momento de acercar las bebidas al consumidor, fundamental en el tema de docencia, en el tema del turismo”, explica el también profesor en Le Cordon Bleu.
Elegido mejor sommelier del Perú en el 2014. Además, posee importantes certificaciones: Wine & Spirit Education en Trust nivel 3, y nivel Certified de Court of Master Sommeliers – Americas.
Para Jorge Miguel Jiménez, existen varias definiciones, pero finalmente considera que un sommelier terminará dedicándose a dos cosas: comunicación y ventas: “Va a comunicar sobre vinos y va a vender vinos u otras bebidas como sake, destilados o cócteles”. En su caso, un contrato con una bodega de vinos peruanos en el año 1988 despertó esas ganas de estudiar y concluir sus estudios en sumillería. A partir de ahí comienza su conocimiento de vinos y destilados: “Yo empecé como catador, un comunicador. Me hice sumiller profesionalmente en el año 2011”, recuerda.
Especialista catador de Pisco y Otros Destilados por el IDVIP; sommelier profesional con certificaciones internacionales: Wine & Spirit Education Trust, sede Londres, Nivel 3; Court of Master Sommeliers – Americas, Nivel 1. Además, es director general de la Escuela Peruana de Sommeliers.
Perfil de un sommelier
Detrás de algunos placeres como los viajes, comidas y experiencias inolvidables para nuestros sentidos, y más allá de la pasión que Andrea, Jorge y Diego experimentan y coinciden como necesaria, también consideran otros elementos.
“Apasionarse y comprometerse con su propia formación”, es lo que Andrea considera necesario ya que “hay mucho por aprender y por supuesto hay que dedicarse y estudiar”.
“Las personas piensan que nos pasamos la vida bebiendo, pero no”, comenta entre risas Jorge. “Uno se pasa la vida leyendo y estudiando. El mundo de las bebidas es muy activo”, resalta. Por eso advierte: “Lo primero que digo en las charlas informativas para ser sumiller es que, si no tienen al menos dos horas para leer, no se dediquen a esto de manera profesional”.
En tanto, Diego añade que quien desee seguir esta profesión, también debe tener una vocación de servicio. “Que sea ese tipo de persona que sienta satisfacción cuando alguien esté viviendo una experiencia linda con lo que le ha brindado”, explica.