Hace unos días conversamos con Verónica Cousiño, propietaria de la emblemática bodega Cousiño Macul e integrante de la séptima generación a cargo de la Viña, quien estuvo de paso por Lima. Verónica y sus hermanos son, hoy, los encargados de mantener el patrimonio familiar de más 160 años de historia.
Recientemente, Cousiño Macul obtuvo el premio de “Viña del Año” de Descorchados, reconocida guía de vinos del periodista Patricio Tapia. En esta ocasión, el experto premió a su vino ícono, Lota 2018, como “Mejor Tinto de Chile” y “Mejor Cabernet Sauvignon”. Además, el Master of Wine británico, Tim Atkin, en su Reporte Chile 2023 destacó a Lota 2019 como “Mejor Tinto del Año”.
Todos estos reconocimientos llegaron este año como fruto de varios cambios que comenzaron en el viñedo y llegaron hasta el cambio de imagen de la marca. “Nosotros queríamos cambiar la percepción de la gente sobre la marca, no dejar de mostrarnos como una bodega antigua, porque lo somos, no podemos separarnos de eso, pero queríamos que nos vean más como una marca clásica, que perdura, que ya es más una tradición. A este cambio de imagen, se sumó el del equipo, por uno más joven, con gente que conocía más el estilo de la marca y el valle del Maipo. Luego la entrada de mi hermano pequeño al campo como jefe viticultor, con ideas nuevas, termina por completar las piezas del puzzle”, comenta Verónica.
El espíritu innovador de Isidora
Verónica es descendiente de Matías Cousiño, quien fundó la Viña en 1856, pero, sobre todas las cosas, es una mujer apasionada y orgullosa de sus raíces, vinculadas no solo al vino, sino a la historia de Chile. Para ella lo más importante es la familia y es consciente del legado que debe mantener. Es gerente comercial de la bodega y por primera vez está en Lima, pues antes solía venir mucho su papá, Don Carlos Cousiño.
Además, es heredera de una de las mujeres más ilustres de Chile, Isidora Goyenechea (1835-1898), quien se casó con Luis Cousiño (hijo de Matías Cousiño), enviuda muy joven, y toma las riendas del patrimonio familiar de los Cousiño. Ella fue una mujer visionaria, adelantada a su tiempo. Es en ella justamente en quien se inspiran para renovar la imagen de la marca familiar y darle un aire más moderno. Se cambió la tipografía por una más legible, que permite ver con mayor claridad las iniciales que componen el monograma familiar, el cual fue diseñado por la propia Isidora.
Isidora y Luis viajan a Francia y traen a Chile las primeras cepas insignes de la viña, que hasta el día de hoy forman parte de su ADN como el Cabernet Sauvignon. “Me siento muy orgullosa de venir de una mujer como ella. Somos una viña que estamos constantemente innovando, quizás no con más vinos, pero más en el plano agrícola, y más a puertas cerradas. Pero así hemos logrado mantenernos por 160 años. Hemos heredado ese compromiso con la tierra, de mantenerla viva y produciendo”.
“No nos estamos quedando solo en el vino, sino en ser parte de una renovación generacional, queremos que la gente se acerque de nuevo al vino. Ahora estamos enfocados en un proyecto de enoturismo muy grande en la bodega, queremos que la gente conozca no solo cómo elaboramos el vino, sino que vean lo que hacemos en el viñedo, enseñarles cómo cuidar la tierra. Tenemos un tesoro muy cerca de Santiago y queremos mostrarlo”, agrega Verónica.
Cabernet Sauvignon, cepa icónica
“Somos muy celosos con nuestro material genético, en especial el de nuestro Cabernet Sauvignon porque es nuestra cepa ícono, y que, de hecho, es de origen pre-Filoxera”, resalta Verónica. Cousiño Macul se ubica en el Valle del Maipo, sus viñedos gozan de condiciones únicas para producir vinos de clase mundial. “El Maipo está hecho para el Cabernet Sauvignon”.
W Double U: – Cabernet Sauvignon
Se hizo en honor a los 160 años de Viña. Es un 100% Cabernet Sauvignon, proviene de los mejores viñedos de Buin. “Tiene una presencia de madera más tostada, ha tenido mucho éxito, es muy gastronómico”, añade Verónica.
Finis Terrae Premium Red Blend
“Finis Terrae es mi vino favorito. Es el vino que hizo mi abuelo; mi tata marcó mi vida profundamente. Es un vino accesible, es mi abuelo en una botella. Es como volver a casa”.
Redacción Sommelier