GASTRONOMÍA

Consejos para armar un Cheese and Wine en casa

La elección del vino va a depender del tipo de queso que se quiera servir. Hay cepas ideales para quesos suaves como el Brie o el Gouda; y otras que combinan mejor con quesos de textura y sabores más fuertes. Según el sommelier de Tottus, Giovanni Bisso, un vino de calidad se reconoce por su aroma, equilibrio y persistencia en boca.  

¿Tienes una reunión en casa y no sabes qué servir? El sommelier Giovanni Bisso te enseña a armar un Cheese and Wine, una propuesta original y muy elegante donde el vino y el queso son los principales protagonistas.

Esta opción resulta muy práctica y original, pues el vino y el queso tienen un mundo infinito de posibilidades, texturas, sabores y variedades. 

Como bien señala Bisso, la elección de los productos es muy importante. Hay que tener en cuenta ante todo la calidad y variedad de los vinos, así como las texturas y maduraciones de los quesos. 

 

 

Si optas por servir quesos de sabor suave y untuoso como el Brie, Gouda o Camembert, Giovanni recomienda combinarlos con un vino Tempranillo, una variedad con aromas y sabores frutados. En cambio, si elegimos quesos de sabores fuertes como el Parmesano o la Gorgonzola, se recomienda maridar con un vino Cabernet Sauvignon o un Merlot. “Al momento de combinar el vino y el queso es importante que ninguno se imponga al otro. Es necesario encontrar el equilibrio en los sabores”, agrega Bisso.

Además de los vinos y quesos, es importante que tu Cheese and wine tenga algunos acompañamientos como panes (de preferencia baguette), palitos de pan, galletas, salsas, encurtidos, embutidos como el jamón o almendras tostadas saladas que puedes encontrar en Tottus.com. 

¿Cómo elegir el mejor vino?

Elegir un vino entre tanta variedad de colores, sabores y edades va a depender mucho del gusto de cada persona y de los alimentos que servirán de acompañamiento. Como regla general, para acompañar una tabla de quesos la mejor opción siempre será un vino tinto joven, ya que logrará un mejor equilibrio con la gran cantidad de texturas y sabores que ofrecen estos productos lácteos.  

Antes de elegir un vino, Giovanni recomienda tomar en cuenta estos puntos: 

Color. El color de los vinos está determinado por varios factores, entre ellos el tipo de uva, el grosor de su piel y su proceso de elaboración. Hay vinos tintos, blancos y rosados, cada uno con características distintas. Un vino tinto joven se reconoce por su color violáceo. Este combinará perfectamente con pastas, pescados, algunos embutidos y quesos de textura más cremosa y sabores suaves. Los blancos, en cambio, se maridan mejor con el pollo, algunos mariscos y ensaladas. 

Aroma. Este es un punto muy importante. La fragancia que desprende un vino depende de factores como su zona de cultivo, la variedad de la cepa, el tipo de suelo y hasta el clima. Un vino de buena calidad es aquel que posee aromas primarios evidentes, los cuales provienen de la uva. Si al servir el vino sientes olores frutales o florales, estamos al frente de un buen producto. 

Equilibrio. El olor, sabor y color de un vino deben estar perfectamente integrados en un todo. Si destaca uno de ellos sobre el resto, posiblemente tenga alguna anomalía. En ese caso, mejor no lo volveremos a elegir.

Alcohol y taninos. Deben favorecer la salivación en su paso en boca. De estos elementos depende que el vino deje recuerdos en el comensal, por lo que deben ser equilibrados suaves sedosos y no astringentes.

Persistencia. El sabor de un vino debe permanecer en la boca durante cierto tiempo. De ahí que se hable de vinos largos. Por lo general, cuando un vino permanece durante diez segundos en boca es porque es de buena calidad. 

 

 

NDP

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