Augusto Baldoceda, creador del restaurante Chicho, siempre soñó con tener su propio espacio gastronómico donde los amigos y la familia pudieran pasar un buen rato, disfrutando de un buen plato de comida peruana. Así nace este lugar, como una taberna criolla que encontró su voz en plena pandemia, y desde su primer aniversario, pasó a ser un restaurante de cocina peruana versátil que reinterpreta los clásicos de siempre.
Chicho es sinónimo de amistad, camaradería y confianza. “Chicho, nuestra Casa 2.0, la llamamos así porque aquí queremos que el comensal se sienta querido, muy bien atendido. Nuestra carta presenta una propuesta sabrosa, contundente que cambia por temporada. Una cocina peruana versátil que respeta el medio ambiente”, comenta Augusto Baldoceda, chef y propietario de Chicho.
Infaltables sus platos estrellas: Causa 2.0, Cebiche Chicho, Tataki criollo, Pollada de TiTo, Tallarín Saltado 2.0, donde los insumos peruanos se fusionan con la herencia gastronómica familiar y el largo y variado viaje culinario de Augusto. La cocina japonesa, italiana y sobre todo la cocina norteña tiene un espacio en su íntima, pero variada carta de autor.
Para completar crearon Criolla, la marca de pisco de la casa. Un pisco de altura, elaborado en Santa Rita de Siguas, Arequipa, en colaboración con los maestros pisqueros de la zona. Una línea de cuatros piscos, donde resaltan Amanecer, muy aromático, y Huella del Alma, otro con más carácter.
Augusto Baldoceda, creador del restaurante Chicho
“Estamos muy orgullosos de estar próximos de cumplir tres años y se vienen muchas actividades. El éxito es de ustedes, nuestros comensales cautivos que siempre nos recomiendan. El cariño es mutuo y solo tenemos palabras de agradecimiento.”, finaliza Augusto.