El sueño de todo amante del vino es tener una buena bodega en las que guardar las botellas con una temperatura, humedad, iluminación y ventilación adecuadas. Pero como eso no es posible la mayor parte de las veces, una solución cada vez más extendida es adquirir una cava de vino, en la que poder mantener el vino con todo su potencial y preparado para degustar en cualquier ocasión.
En esta nota te vamos a explicar todos los factores que debes tener en cuenta a la hora de comprar y de utilizar una cava para vinos.
- Factores para tener en cuenta antes de comprar una cava de vino:
Antes de comprar una cava de vinos debes pensar en cuales son realmente tus necesidades.
Tipo de cava de vino
Es importante saber si el uso que le vas a dar a la cava de vino va a ser para la totalidad de tus botellas o solo para estibar aquellos que te gusten más.
Piensa en el tipo de vino que tienes intención de guardar y su cantidad, para así adquirir la que más se ajuste a tus necesidades, ajustando el precio.
Tiempo que tardarás en consumir el vino
No es lo mismo que quieras tener una cava para el envejecimiento de los vinos, o bien para guardar vinos jóvenes de rápido consumo.
En el caso de los vinos jóvenes, piensa que solo podrás guardarlos durante un periodo de 3 años, a partir de los cuales se hace imposible su conservación.
Si quieres la nevera para vinos para su envejecimiento, fíjate que la que elijas pueda mantener la humedad y temperatura adecuadas.
Espacio que ocupará la cava de vino
No solo cuenta el número de botellas que tengas intención de guardar, sino el espacio del que dispongas en tu vivienda. Existen cavas de vino con una capacidad que va de las 3 botellas hasta más de 40.
- Factores para tener en cuenta al utilizar una cava de vino
Una vez hayas adquirido tu nevera para vinos, debes tener buen cuidado de utilizarla de la forma más adecuada. Estos son los factores que debes tener más en cuenta.
Temperatura y humedad
La temperatura es fundamental para la perfecta conservación de los vinos. Debe oscilar entre los 12º y los 16º, ni más alta ni más baja.
Evita que la cava de vinos esté situada al lado de cualquier fuente de calor que puede incidir en su temperatura.
Respecto a la humedad, el interior de la cava de vino debe mantener un grado de entre el 70 y el 75 %. Un ambiente excesivamente seco podría resecar los corchos, provocando la fuga o vaporización del líquido. Por el contrario, un exceso de humedad puede favorecer el surgimiento de microorganismos, como los hongos, que dañen tus vinos.
Iluminación
Ni focos de gran potencia ni la luz solar deben incidir directamente en la cava de vino, ya que las radiaciones pueden afectar negativamente a la evolución de los vinos.
Vibraciones
Debes tener alejada la cava de vino de cualquier tipo de vibración. Las moléculas del vino requieren de reposo para agruparse, en un proceso que recibe el nombre de polimerización, que otorga a los vinos una armonía y suavidad en su sabor. Esto puede verse alterado por cualquier movimiento brusco.
Posicionamiento
La postura adecuada de las botellas de vino en el interior de las cavas es la horizontal, de forma que el vino esté en contacto permanente con el corcho.
Bonus: Alternativas a las cavas de vino
Si no optas por adquirir una cava, hay otras formas de mantener el vino en condiciones más que aceptables. Estos son algunos consejos.
Mantén la temperatura y humedad adecuadas: entre los 12 y los 16 grados. No tengas los vinos en la cocina, en la que los fogones siempre elevan la temperatura. Tampoco frente a una ventana. Lo ideal es que guardes tus botellas en un sótano, trastero o garaje. Son también los lugares más adecuados para mantener el grado de humedad ideal.
Aísla el vino de olores fuertes: procura que allí donde tengas tus botellas haya algo de ventilación.
Mantén los vinos en posición horizontal y evita movimientos bruscos: trata a tus vinos con delicadeza. Como excepción a esta norma están los vinos espumosos, cuya posición más adecuada es la vertical.
Atiende a los tiempos de conservación: el tiempo no mejora a todos los vinos. Por norma general un vino joven debe ser bebido en el mismo año en el que se cosecha, un crianza en el transcurso de 5 años y un reserva o gran reserva en los siguientes 10 o 15 años.