VINO

Andrés el “curador”

Por Soledad Marroquín

Apenas inauguró y abrió sus puertas a fines de octubre, pero el movimiento es intenso en Curador, el nuevo winebar de Andrés Orellana, chef y sommelier, que acaba de abrir cerca de La Niña, a unos pasos de la calle Francisca de Paula en Miraflores, lugar que se ha convertido en un cluster gastronómico y de diversión muy concurrido.

Curador no es solo un winebar, es también una tienda de vinos, un espacio donde se puede disfrutar de una diversidad de vinos por copa. “Lo que hemos procurado tener es una selección interesante de vinos peruanos, sudamericanos y de Europa. Tenemos una selección que cualquier amante del vino va a valorar”, cuenta Andrés.

 

“Lo que queremos en Curador es que la gente le pierda el miedo al vino, que dejen de lado los sesgos y lo vean con ojos más amigables. Que la gente la pase bien y que pueda llevarse algo más aparte del vino, un recuerdo, un concepto. Por eso complementamos con cosas que por tradición van muy bien con el vino como con jamones, quesos, encurtidos, curados, panadería que producimos también nosotros, charcutería. Es como una especie de tapería, casca”.

 

El nombre suena particular pero refleja muy bien lo que quiere lograr Andrés. La palabra “curador” deviene de curaduría, el arte de conservar objetos en el mundo de las artes. El término también se aplica a la gastronomía. Los cocineros cuidan, mejoran y preservan; es decir curan algunos productos como quesos, jamones, carnes, que mejoran con el tiempo. Curar también es sinónimo de sanar, y pues, se puede aplicar también a la mesa, pues los buenos productos curan el alma.

“Optamos por no ser un wine bar trasgresor, sino en ser como cualquier otro del mundo, que en Lima hay muy pocos”.

 

En Curador encontrarán diferentes propuestas para beber y también para llevar, si bien es el primer winebar de Andrés, ya está pensando en desarrollar la franquicia para poder replicar en un par de años el modelo en ciudades como Cusco y Arequipa, que gozan de una buena concurrencia de turistas.

Actualmente la selección de vinos se centra en 120 etiquetas y considera productores de Francia, Italia, España, Alemania, Austria, Hungría, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Chile, Argentina y por supuesto Perú, que reflejan las tendencias en los estilos de elaboración, diversidad de perfiles que buscan proponer más que una sensación. Atención a los vinos peruanos, se trata de pequeños productores de varios valles que llamarán la atención.

El espacio busca brindar un momento placentero, con mucho sabor, pero también con conocimiento, para aquel que así lo desee, de una manera amena y entretenida, sin caer en el aburrimiento.  En el servicio de vino por copas o wine by the glass tienen 25 opciones para jugar y descubrir, los precios fluctúan entre 15 y 45 soles. Como el vino provoca el apetito, la propuesta es puntual y relajada; tienen desde boquerones de pejerrey (que se ofrecerán apenas levanten la veda), choros en escabeche, muchame de pulpo, jamón de pato, platos con quesos tipo mozzarela, quartirolo o stracciatella de un productor de Pachacamac; cortes de copa Joselito con beterraga y frutos rojos, focaccia con queso a la plancha y tomates deshidratados o un brioche con rillete de conejo confitado. Como bien dice Andrés no son grandes elaboraciones, pero sí un atractivo y sabroso despliegue de productos de calidad.

En la barra tendrán cócteles a base pisco, gin, cerveza artesanal de la casa del estilo pale en draft y los infaltables spritz.

Andrés es un joven chef que tuvo la osadía de abrir su primer restaurante en el corazón de Gamarra, Tr3s, luego instaló La Niña, el nombre fue motivado porque se convirtió en papá por primera vez, un restaurante jovial y distendido cuya terraza es una de las más concurridas y alegres. Hace un par de años, motivado por sus estudios de sommelier y una especialización en jerez, abrió su importadora de vinos con etiquetas particulares. Era inevitable que paralelamente pensara en tener un winebar, al inicio pensó en algo pequeño pero el dios Baco puso en su camino una hermosa casa de tres pisos y más de 100 años que hoy aporta a Curador un valor distintivo y diferenciador. La casa es muy linda, ha requerido un gran trabajo de restauración, reforzando la estructura y columnas, recuperando los pisos, ventanas y escaleras de madera que son originales, los techos y los pisos de azulejos e iluminación acordes al estilo de aquella época.

Datos:

Dirección: Calle Libertad 212, Miraflores

Horario: martes a jueves 4 a12

Viernes a sábado de 12:30 pm a 1 de mañana, domingo 4 a 11pm

No se aceptan reservas, atención según orden de llegada.


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