La pandemia del COVID-19 ha dejado al descubierto nuevamente las desigualdades y desafíos estructurales que enfrentan las mujeres en el Perú, sobre todo en el sector gastronómico. Así nace Ana, una propuesta que busca hacerle frente a esta realidad con un proyecto integrado 100% por mujeres. A través del empoderamiento de las mujeres en los diferentes puestos de trabajo y la autonomía económica, que les brinda capacidad de generar ingresos y recursos propios, Ana busca acortar estas brechas y generar cambios estructurales. Conozcamos más de ella. Este 14 de septiembre comienza la Marcha Blanca. Avisados están.
Después de un trabajo de investigación realizado en restaurantes y cocinas en el Perú liderado por Guillermo Dasso, creador de la marca, y su equipo, el 53,3% de las mujeres empleadas están en trabajos domésticos o no remunerados, además se detectó que la mayoría de los trabajadores eran hombres y la idea de hacer algo que rompa y combata esta realidad se hizo latente. Así nace Ana. Una propuesta gastronómica contestataria que busca empoderar a las mujeres.
Ana abrirá sus puertas en unas días y estará conformado por aproximadamente 80 mujeres que tomarán los puestos que van desde valet parking, dish washers, servicio, hasta jefa de cocina, jefa de barra, bartenders, community manager, etc. Subraya Guillermo Dasso.
Cinco son las mujeres detrás del concepto gastronómico de Ana. Acá comandan ellas, rompiendo el mito de que las mujeres no pueden con los horarios de una cocina o que no pueden lidiar con los tiempos pues la maternidad las apremia. Ellas proponen trabajar en torno a una economía circular, desde la cocina hasta la barra. Esto implica reutilizar, renovar y reciclar materiales e insumos existentes todas las veces posibles para crear un valor añadido y de esta forma alargar el ciclo de vida de sus productos. Saraí del Águila y Melisa Castro, jefas de cocina y Cecilia Mozón, jefa de barra, Ursula Poblete, jefa de operaciones y Vanessa Chiappo, administradora buscan proponer una carta en la que se pueda utilizar lo máximo de un producto. Y es que a veces, lo que para uno es un residuo para otras personas no lo es.
Esta propuesta también busca brindar apoyo a ollas comunes y vasos de leche, lugares que pueden utilizar y sacar provecho de varios insumos que no son utilizados por completo. Tenemos la primicia y pronto volveremos con más detalles sobre Ana.