La historia del anticucho nos remonta a tiempos ancestrales, antes de la llegada de los españoles, pues se dice que en el Perú se consumía gran cantidad de carne de llama condimentada con hierbas aromáticas y ajíes. Posteriormente, el plato fue tomando la forma que tiene hoy: trozos de corazón de carne ensartados a modo de brocheta en palitos de caña y cocinados a la parrilla. Además, desechaban toda carne no noble al momento de cocinar, como las vísceras y menudencias de la res, que terminaban siendo comida para los esclavos. Es así que éstos adoptaron la fórmula española para preparar los anticuchos, empleando el corazón (lo más parecido a la carne). Pronto serían aderezados con chicha y luego con vinagre, para finalmente ser cocidos en la parrilla.
En un puesto de carretilla, en un tradicional restaurante o en la comodidad de tu casa, un bocado de anticucho combinado con una porción de papas, choclo y una buena salsa de ají no fallan nunca. Se disfrutan más con alguna bebida como la clásica chicha, por supuesto, pero también con vino. Así que hoy, a propósito de que pronto celebraremos su día, les traemos algunas recomendaciones.
Cuando hablamos de anticuchos pensamos en acompañarlos con una jarra de chicha morada o con una gaseosa; sin embargo, el mundo del maridaje es increíblemente amplio. Quizás te resulte extraño leer esto, pero en esta nota te recomendaremos algunos tipos de vinos con los que podrás maridar estos deliciosos palitos. El anticucho ligeramente picante, un poquito ahumado y con el toque acido del vinagre, llama a un vino de buen cuerpo, fruta muy madura y especiada y de gran cantidad de taninos, como un Tannat, Syrah o un Blend de Cabernet Sauvignon. Su intenso sabor requiere vinos de igual intensidad. Hay que tener mucho cuidado con el ají o el rocoto con el que suele acompañarse, podría alterar el maridaje.
La comunicadora gastronómica Soledad Marroquín recomienda “un blend de Cabernet Sauvignon, Petit Verdot o un Syrah sin barrica para que enfrente la fuerza e intensidad del anticucho sin sufrir”. Sugiere no agregar salsas de rocoto o huacatay porque el maridaje se vería indiscutiblemente afectado. Un Malbec o Carmenere son buenos acompañantes para este maridaje también, opina Marroquín. Como embajadora del vino rosado en nuestro país sugiere “un rosé ligero, fresco y en temperatura de 8 grados, ayudará muy bien para refrescar la boca y enfrentar los sabores del ají, tanto del aliño como aquellos que están allí esperando para bañar también las papitas sancochadas”. El Consejo Regulador del Cava propone acompañarlo con un cava de paraje calificado (más de 36 meses) para disfrutarlo al máximo.
Si va por unos anticuchos a Grimanesa, El Tío Mario, Pascuala o si los prepara en casa, ya sabe con qué ensalzar su experiencia.
Fuente: Perú Travel, Y tú qué planes
Redacción Sommelier